Egipto

La seguridad tras el A321

Se desconoce el tipo de dispositivo que desplomó el avión, pero se abre el debate de la seguridad aérea

La Razón
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–¿Qué puede suponer un desastre de tal magnitud para la lucha antiterrorista y la aviación civil en el futuro?

–Es algo complicado de pronosticar. Todavía no sabemos el tipo de dispositivo que causó el desplome del avión. Creo que las autoridades están centrando más su investigación en la posibilidad de que fuera una amenaza interna la que causara el desastre, pero no creo que haya sido causado por ningún tipo de explosivo que pudiera volver a abrir el debate de la aviación civil. Si nos remontamos al descubrimiento de los explosivos líquidos en 2006, el impacto fue tan grande que se cambió la legislación para prohibir los líquidos en los vuelos comerciales. No obstante, en este caso no parece que estemos presenciando ninguna nueva metodología terrorista.

–¿Cómo cree que Putin está abordando esta crisis, después de que Cameron diera explicaciones antes que él?

–Putin está siendo muy cauteloso, porque se trata de un desastre que puede tener un precio alto a nivel doméstico. Rusia atraviesa un momento duro en el ámbito internacional y Putin ha pedido varias veces a los rusos no viajar a lugares donde hubiera enemigos. Egipto era uno de los destinos donde se consideraba que los turistas rusos podían viajar de forma segura. Por lo tanto, debe ser prudente a la hora de abordar esta crisis. Lo que sí que me sorprende de Rusia es su capacidad para absorber cualquier ataque terrorista y seguir adelante. Me vienen a la cabeza, por ejemplo, la masacre de la escuela de Beslán, los ataques terroristas a los dos aviones rusos en 2004 y el atentado del aeropuerto de Domodédovo en 2011. En realidad, Rusia ha sufrido varios ataques terroristas en los últimos años, pero no han dañado demasiado la imagen del Gobierno.

El Gobierno egipcio se ha quejado de no haber recibido información importante sobre el suceso por parte de Reino Unido.

La perspectiva de Reino Unido es la de proteger a sus ciudadanos. Hay que tener en cuenta los 20.000 ciudadanos británicos que hay en este resort y el Gobierno británico sólo quiere preservar su seguridad. Es cierto que la información de los servicios de Inteligencia puede ser a veces incierta, pero ataques como el de Túnez, en el que murieron 30 ciudadanos británicos, hacen que el primer objetivo del Gobierno británico sea proteger a sus ciudadanos, y que no comparta del todo la visión del asunto con Egipto o con Rusia. Por supuesto que Egipto es un gran destino turístico, pero en realidad si piensas en los incidentes terroristas de los últimos años, puedes ver que los turistas no han sido el principal objetivo.

*Experto en terrorismo del Royal United Services Institute