Manifestación

Los funcionarios se movilizan contra Macron

Salen a la calle en defensa de su poder adquisitivo y contra los recortes de plantilla.

La Policía francesa detiene a un hombre encapuchado durante los enfrentamientos ocurridos ayer en la manifestación de París
La Policía francesa detiene a un hombre encapuchado durante los enfrentamientos ocurridos ayer en la manifestación de Paríslarazon

Salen a la calle en defensa de su poder adquisitivo y contra los recortes de plantilla.

Los funcionarios franceses protagonizaron ayer una jornada de huelgas y manifestaciones. La novedad de esta convocatoria es que, por primera vez en diez años, el conjunto de sindicatos de la función pública se había puesto de acuerdo para organizar la protesta. La huelga afectó a todos los sectores: educación, sanidad, correos, transporte público, policía, justicia o transporte aéreo. La Dirección de Aviación Civil recomendó la víspera a las compañías aéreas que suprimieran un tercio de los vuelos previstos ante la huelga de controladores aéreos.

El Ministerio de Educación anunció que el 17,47% de profesores había secundado la huelga, especialmente en primaria, una cifra contestada por los principales sindicatos de profesores, que contabilizaron el 50% en primaria y el 30% en secundaria. Según el recuento de la CGT, principal sindicato entre los funcionarios, unas 400.000 personas participaron en las diversas manifestaciones organizadas en todo el país, 45.000 de ellas en París, aunque, según estimaciones de la Policía, en la capital desfilaron 26.000.

Los motivos de la protesta fueron variados, pero en general giraban en torno a la defensa del poder adquisitivo frente a las medidas que prepara el Gobierno: congelación de salarios, la no indemnización del primer día por baja en caso de enfermedad, o el aumento del impuesto para financiar la protección social. Los funcionarios también temen el anuncio de la supresión de 120.000 puestos en los cinco años de legislatura o la degradación de su estatus. A pesar de que el primer ministro, Édouard Philippe, aseguró la víspera que no está en juego la consideración de los funcionarios, «esenciales para el funcionamiento del país».

La mayor preocupación del Gobierno era que los estudiantes se sumaran a esta convocatoria. En París, en una decena de institutos se produjeron bloqueos y otros incidentes, pero las clases se desarrollaron en general con tranquilidad. Sí hubo que lamentar tumultos violentos en el interior de las manifestaciones, que se saldaron con ocho detenidos. Los actos fueron protagonizados por unos 200 individuos encapuchados que destruyeron tres agencias bancarias, según indicó la Prefectura de Policía.

De momento, el Gobierno cuenta con la división sindical de cara a seguir adelante con las reformas que está aplicando o quiere realizar. Porque, a pesar de que la convocatoria de ayer podía calificarse de histórica, ya que desde hacía diez años era la primera vez que se ponían de acuerdo para realizar una llamada conjunta, la prueba de que tanto en la forma como en el fondo están divididos es que los líderes de los distintos sindicatos pusieron todos los medios para no figurar en la misma foto.

Como indicó Philippe Poutou, líder del Nuevo Partido Anticapitalista, en declaraciones a BFMTV: «Hay que unir en público y en privado, a todos los que contestan la labor de este Gobierno. Hoy no somos suficientes». El pasado lunes se reunieron todas las organizaciones para estudiar un frente común, pero las divergencias no permitieron llegar a un acuerdo. Se han dado cita de nuevo el 24 de octubre para estudiar una jornada de acción a mediados de noviembre. Entretanto, la CGT, que sigue liderando las protestas a nivel sindical, ha convocado una nueva movilización para el 19 de octubre. Están convencidos de que pueden obligar al Gobierno a negociar como hicieron la semana pasada los camioneros, que obtuvieron del Ejecutivo que se mantuviera el sistema de primas o de gastos por desplazamiento que estaba en juego con la reforma del Código de Trabajo.