Reino Unido
Londres elige por primera vez a un alcalde musulmán
La abultada victoria de Sadiq Khan devuelve a los laboristas la alcaldía de la capital inglesa tras ocho años de gobierno «tory».
La abultada victoria de Sadiq Khan devuelve a los laboristas la alcaldía de la capital inglesa tras ocho años de gobierno «tory».
Cuando era pequeño, Sadiq Khan, de 45 años, empezó a practicar boxeo como sus hermanos. Dos de ellos dirigen ahora un club. Más que por deporte, aprendieron a boxear para la defensa propia. «Era importante hacerse respetar en el barrio», explicó en una ocasión durante una entrevista con «The Times». El político creció en Earlsfield antes de mudarse a Tooting en una época en la que la tensión racial en Londres generaba problemas a diario. Ser hijo de inmigrantes musulmanes pakistaníes no era fácil. «Si había una bandera de St George tú sabías que el BNP (el partido de ultraderecha estaba allí). Mis hermanos me advertían que había que evitar determinadas zonas», recuerda. Han pasado tres décadas de aquellas conversaciones en la habitación donde Khan dormía en litera. Pero la islamofobia no se ha erradicado. Es más, la inmigración es la protagonista del debate de cara al referéndum del próximo 23 de junio, donde el Reino Unido decidirá su futuro en la Unión Europea. Y durante la campaña, son muchos los que, tras los atentados terroristas, han llamado a Bruselas «la capital yihadista de Europa».
Por todo esto lo que consiguió Khan ayer es todo un hito. El laborista se ha convertido en el primer alcalde musulmán de Londres y lo ha hecho en un momento en el que los musulmanes siguen siendo asociados injustamente con radicales por las atrocidades cometidas en los últimos años por el Estado Islámico. Khan ha roto por tanto todas las barreras y ahora tomará el ayuntamiento de una urbe en la que 44% de los 8,6 millones de habitantes pertenece a minorías étnicas.
«Khan es un musulmán moderado secular. Aunque se identifica así mismo como musulmán, no es el musulmán de mezquitas con túnica blanca. Otros países aún no tienen esta generación de musulmanes que tenemos en Reino Unido. Aquí ya hay un perfil muy diferente de las generaciones que han nacido en el país. Son cada vez más los musulmanes seculares con importantes cargos en la vida política», explica Simon Hix, de la London School Economics.
Khan se afilió al Partido Laborista durante su adolescencia, pero tan sólo asistió a una reunión. No entendió ni una sola palabra. Tenía la intención de convertirse en dentista, pero vio una serie de televisión americana donde los abogados representaban a los más pobres en un juicio contra las grandes instituciones y algo cambió en su cabeza.
Fue su profesor de matemáticas quien le animó. «Siempre estás argumentado todo, ¿por qué no te metes a abogado?», le dijo. Durante la carrera, realizó sus primeras prácticas en el bufete de derechos humanos Louise Christian.
En 1994, la gente aún se extrañaba al ver a un abogado de color. La mayoría de las veces que acudía a la corte, le confundían con el acusado. «Cuando había visitas a prisión, también asumían que era un miembro de la familia y no el abogado que visitaba a su cliente», recuerda.
Pese a todo, él nunca se amedrentó. «Todavía hay un sentir generalizado de que las personas que hemos estudiado en escuelas públicas tenemos falta de confianza. Pero jamás he tenido ese problema. Me siento igual de cómodo en un pub, en el ballet o en una exposición en el Barbican», explicaba al rotativo.
En su carrera profesional despuntó rápidamente. Pero en 2004 se postuló por primera vez como diputado para Tooting, un barrio al sur de Londres que, a día de hoy, sigue luchando para quitarse la mala fama. No fue la política, sino la oportunidad de representar a la zona en la que se crió lo que realmente le sedujo. A día de hoy aún vive en el barrio, con su esposa y sus dos hijas, a pocos metros de la casa de su madre y de la escuela donde estudió.
Durante su campaña para la alcaldía, admitió que, a pesar de haber conseguido «enormes progresos» cuando se trata de racismo, aún no es «fácil» ser musulmán en 2016. «No sólo hay que enseñar a tus hijos sobre los peligros de Internet relacionados con el acoso sexual, sino también hay que prepararles frente a la dimensión de la radicalización. Lo que transmiten los radicales es basura. No es verdad que no se pueda ser occidental y musulmán a la vez, no es cierto que los no musulmanes nos odien, es mentira que todos los problemas del mundo sean causados por la política exterior británica», matiza.
El pasado mes de enero, una encuesta aseguraba que el 30% de los londinenses no estaría «cómodo» con un alcalde musulmán. Sin embargo, Khan ganó ayer los comicios locales con una holgada mayoría frente a su rival, el conservador Zac Goldsmith, hijo de un empresario multimillonario del acomodado barrio de Richmond Park y una aristócrata.
El tory «era una de las grandes jóvenes promesas dentro del partido para impedir que la alcaldía fuera devuelta a los laboristas tras dos mandatos del conservador Boris Johnson. Pero tras una campaña desastrosa, su imagen pública se ha visto completamente dañada. Cuando empezó a verse acorralado en las encuestas, Golsmith dio un giro de 180 grados acusando a su rival de dar «plataforma, oxígeno y cobertura» a grupos extremistas al haber defendido durante su época de abogado especializado en derechos humanos a radicales como Azam Tamimi –quien con las publicaciones de la caricatura del profeta Mahoma dijo que «ardería el fugo en todo el mundo»–, o Yusuf al-Qaradawi, quien apoyó los atentados suicidas de Hamás. Las acusaciones de “racista” no se hicieron esperar.
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