Venezuela
Maduro encarceló a una mujer por hacer una foto a su hijo en una fiesta
El mandatario venezolano ha impuesto la ley del silencio para ocultar el alto tren de vida de su familia, que dista mucho del Socialismo del siglo XXI que predicaba Chávez
El mandatario venezolano ha impuesto la ley del silencio para ocultar el alto tren de vida de su familia, que dista mucho del Socialismo del siglo XXI que predicaba Chávez.
Muchos se preguntan hoy cómo los hijos de la pareja presidencial bolivariana han podido pasar 18 días en Madrid, en el lujoso y centenario hotel Ritz, a cuerpo de rey, y sin ocultarse bajo las bolsas de las caras boutiques de la calle Serrano sin ser reconocidos por los miles de venezolanos que viven en la capital española. Lo cierto es que pocos conocen el verdadero rostro de Walter Gavidia Flores, Yoswal Gavidia Flores y Yosser Gavidia Flores, los tres hijos del matrimonio anterior de la primera dama, Cilia Flores.
En pleno 2017 y con el «boom» de las redes sociales y los teléfonos con cámaras, apenas hay fotografías de los vástagos de la pareja presidencial ni entradas en internet. El hermetismo rodea a los descendientes de los inquilinos del Palacio de Miraflores. Su anonimato es su mejor arma. La estrategia es clara, cuantos menos venezolanos conozcan a los hijastros del presidente Nicolás Maduro, mayor tren de vida y ostentación podrán llevar sin levantar las sospechas y, sobre todo, la indignación, de sus compatriotas. Cabe recordar que la crítica situación en Venezuela se considera ya «desastre humanitario» y mientras unos hacen fila durante horas para comprar bienes básicos como pañales o papel higiénico o directamente no tienen qué comer, los parientes del mandatario chavista se alojan en hoteles donde la suite más barata supera los 555 euros al día, comparado con los 22 euros mensuales de sueldo medio de un venezolano. Sin embargo, es un fenómeno que se conoce ya en Venezuela como «boliburguesía», es decir, la paradoja de ser bolivariano y burgués y no tener reparos para compaginarlo.
Sin duda, el más conocido de los hijos del poderoso matrimonio es Nicolás Maduro Guerra, quien, al igual que su padre, quiere hacer carrera política y es uno de los candidatos a la polémica Asamblea Constituyente por el sector de los trabajadores que se celebra mañana. A sus 27 años, «Nicolasito» se considera «soldado de Chávez más allá de la vida», por lo que le molestó ser reconocido en un club privado de la ciudad de Maracaibo en la celebración de una familia de constructores. Rita Morales, conocida dentro de la «jet set» de Zulia, reconoció a Maduro Guerra en el exclusivo Club Creole. Ella, junto a su marido, eran también invitados de la fiesta de primera comunión celebrada en la tarde de aquel sábado 3 de junio. Morales, que no forma parte de ningún partido ni es afiliada, reconoció al hijo del presidente y retrató con la cámara de su móvil al joven Maduro. Nicolás aparecía sentado en una mesa, de traje y corbata y con gafas de pasta (mucho más formal de lo que acostumbra a vestir en sus mítines estos días) terminando un canapé y mirando el palillo que lo acompañaba. Acto seguido, un grupo de guardaespaldas fue a por la mujer, levantaron el tono y le pidieron dos cosas: que les entregara el teléfono y que borrara la fotografía. Morales se negó y se quejó del trato. En el Club se empezaba a cuchichear, por lo que Morales y su marido, Edward Méndez, abandonaron la fiesta. Morales compartió la imagen con sus amigos más íntimos, y la inocente fotografía de Nicolás Maduro absorto se hizo viral. El jueves 8 de junio, cuando la pareja se iba de viaje a Aruba, fue detenida por agentes del Sebin –el Servicio Bolivariano de Inteligencia– y trasladados a los calabozos de la sede del Helicoide, en Caracas.
Según el medio local InfoCiudad24, la joven pareja fue liberada hace una semana, el 20 de julio, aunque curiosamente «los detenidos nunca fueron puestos a la orden de la Fiscalía para ser presentados ante el juez de control penal durante el mes y medio que duraron encerrados en el Helicoide». Es decir, no hubo juicio contra ellos. Ahora, la pareja, por recomendación y tras la pesadilla vivida, lleva un perfil muy bajo y no se ha dejado ver por los restaurantes ni círculos en los que solían exhibirse. Morales y Méndez han servido como chivos expiatorios para que a los venezolanos se les quiten las ganas de inmortalizar a los hijos de la pareja presidencial cuando disfrutan de su tiempo libre.
Otra de las imágenes que se conocía del hijo del presidente era una bailando bajo una lluvia de billetes en una boda de origen sirio. Corría el año 2015 y Venezuela entraba de lleno en la deriva en la que ha sucumbido, por lo que el vídeo creó indignación en la opinión pública.
Los conocidos de la pareja presidencial aseguran que Nicolás y Walter son los favoritos de Maduro y Flores, respectivamente. De hecho, son los únicos de los cuatro que, de momento, han tenido cargos públicos a pesar de las críticas de nepotismo. Mientras Nicolás hacía campaña, sus hermanastros vinieron a la capital española de vacaciones. Si hay algo que tienen en común es el gusto por los viajes al extranjero y los vuelos en aviones privados, ni siquiera en primera clase podrán ser retratados. Unas vacaciones del mandatario por China, Irán y Rusia (a la que se llevó a su delfín) también fueron muy sonadas en la Prensa venezolana. Pero nada tan ostentoso como las 18 noches en el hotel Ritz. «Desde el escándalo por narcotráfico de los sobrinos de la pareja no se había descubierto nada semejante», comentan varios periodistas venezolanos. «Vida de coches caros y deportes extremos se sabía, pero nada así». Del joven Yoswal se conoce que es muy deportista y un apasionado del CrossFit. Según una bloguera venezolana, su vivienda se encuentra en una urbanización conocida, Prados del Este, al sur de Caracas.
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