Relaciones internacionales
Netanyahu: «Israel no pone la otra mejilla»
El primer ministro asegura que mantendrá el pulso diplomático contra los países «traidores».
El primer ministro asegura que mantendrá el pulso diplomático contra los países «traidores».
Tres días después de la votación en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde se aprobó la resolución 2334 que calificó los asentamientos israelíes en Cisjordania de «ilegales», el primer ministro del país, Benjamin Netanyahu, continuó evaluando nuevas medidas a adoptar contra los países que la apoyaron, afirmando que «Israel es un país con dignidad nacional y no ponemos la otra mejilla». En una alocución realizada ayer por la tarde en un encuentro económico en la ciudad de Maalot-Tarshiha, en el norte de Israel, Netanyahu rechazó los comentarios aparecidos en la Prensa local e internacional «en los que se exponen las quejas por mi postura vigorosa contra aquellos que votaron contra nosotros en la ONU». El «premier» arremetió duramente contra los que calificaron su decisión de frenar los contactos con las embajadas de comienzo de una «guerra mundial». «Nuestra reacción es responsable, medida y vigorosa, una respuesta natural de un pueblo sano que aclara a las naciones del mundo que lo que se hizo en Naciones Unidas nos resulta inaceptable».
Israel resolvió el domingo por la noche suspender hasta nuevo aviso los contactos con las embajadas de los países que apoyaron la resolución y los viajes de representantes oficiales a los mismos, según confirmaron a LA RAZÓN fuentes diplomáticas. En esta línea, ayer por la mañana se hablaba ya de una «reducción al mínimo posible» de los lazos diplomáticos con los países «traidores», entre los que se encuentra España, aunque se subrayó que esta decisión no conlleva «la suspensión de relaciones diplomáticas» con ninguno de ellos. A pesar de que los embajadores de los 14 países que votaron a favor de la resolución contra los asentamientos fueron llamados al Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, dichos diplomáticos aseguraron que en ningún momento se les habló de la suspensión de los contactos.
En medio de esta polémica, gran parte de la oposición al Gobierno de Netanyahu aprovechó para arremeter contra la reacción desmesurada del primer ministro. El líder del partido Yesh Atid, Yair Lapid, aseguró que «el jefe de Gobierno está actuando con histeria, no con política exterior». «Esta reacción es importante porque crea una base para un enfoque diferente en el futuro», dijo el jefe del Ejecutivo en defensa propia. «Es ridículo describir nuestra protesta como una guerra mundial. Nuestras relaciones con las naciones del mundo no sólo no se verán perjudicadas, sino que mejorarán porque se respeta a países fuertes que se defienden y no se respeta a países débiles que bajan la cabeza». Por su parte, los medios israelíes señalaban ayer que en la próxima cumbre de Davos Netanyahu no piensa reunirse con su homóloga británica, Theresa May, aunque no hubo confirmación oficial de esta información, ya que fuentes cercanas al primer ministro apuntaban que no es que se cancelara la cita sino que no había sido pactada con anterioridad.
De igual modo, en la mañana de ayer comenzaron a circular rumores sobre una nueva medida concreta de respuesta a la resolución del Consejo de Seguridad: la construcción de nuevas viviendas en los asentamientos. Un funcionario oficial israelí señaló a LA RAZÓN no tener conocimiento alguno de dicha información. Según el diario «Haaretz», se trataría de la edificación de 618 nuevas viviendas en el territorio palestino ocupado de Jerusalén Este. Mañana se reunirá el Comité Local de Planificación y Construcción de Jerusalén, en un encuentro planificado antes de la condena de la ONU y en el que se espera que se aprueben 282 viviendas en el asentamiento de Ramat Shlomo.
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