Obama ultima su legado presidencial

El presidente de EE UU reitera su intención de restringir el acceso a las armas de fuego. Esperará a que se celebren las presidenciales para cumplir su promesa de cerrar Guantánamo

Barack Obama se sentará mañana con la fiscal general, Loretta Lynch, para revisar uno a uno todos los decretos que puede firmar sin necesidad de pasar por el Congreso. Es la «tradicional despedida» de los presidentes de Estados Unidos del Capitolio en su último año en el poder. Obama empieza así sus últimos doce meses en la Casa Blanca, en los que intentará mantenerse relevante. A pesar de ello, poco importará ya lo que haga con la atención centrada en la carrera en las primarias y en las presidenciales de noviembre. Una vez repasado con Lynch qué y cuántas órdenes puede rubricar sin parecer demasiado dictatorial, en los próximos días anunciará sus decisiones.

Control de armas

Entre todas ellas, hay una que es personal: la resolución con la que el presidente espera reducir la violencia con armas de fuego tras la tragedia de la escuela de Newton (Connecticut), en la que murieron asesinados 20 niños. «El mes pasado, recordamos el tercer aniversario de Newtown. Este viernes, pensaré en mi amiga Gabby Giffords, que desde hace cinco años está en recuperación por el tiroteo de Tucson. Y en todo EE UU, los supervivientes de la violencia con armas de fuego y aquéllos que han perdido a un hijo, padre o cónyuge por la violencia con armas de fuego están forzados a recordar dichos terribles aniversarios cada día», indicó Obama en su discurso semanal.

«Recibo demasiadas cartas de padres, maestros y niños, como para no hacer nada. Recibo cartas de dueños de armas responsables que se lamentan junto con nosotros cada vez que ocurre una de estas tragedias. Quienes comparten mi creencia de que la II Enmienda garantiza el derecho a portar armas y que comparten mi creencia de que podemos proteger dicho derecho mientras evitamos que algunas personas irresponsables y peligrosas causen daño de manera masiva», apuntó en referencia a la controversia desatada por los intentos del presidente de restringir el acceso a las armas en EE UU.

«Para que haya un cambio, tendremos que participar todos. Los grupos de interés de las armas son fuertes y están organizados para que cualquiera tenga armas disponibles fácilmente. El resto tendremos que ser igual de apasionados y organizados para defender a nuestros niños. Ése es el trabajo de la ciudadanía: levantarse y luchar por el cambio que buscamos. Espero que se unan a mi propósito de hacer que EE UU sea un país más seguro para todos nuestros hijos», indicó el presidente en referencia a la influencua de estos grupos tras entrar en vigor una ley en Texas que permite llevar a la vista armas cortas en lugares públicos.

Cierre de Guantánamo

También ocupa la agenda del presidente el cierre de los campos de detención de Guantánamo (Cuba) y la reforma de las leyes del sistema criminal, de los que hablará en su último discurso del Estado de la Unión del 12 de enero. Aun así, Obama evita abordar de forma abierta la clausura de este lugar en la base estadounidense en la isla del Caribe. Prefiere ser cauto y no dar munición a los republicanos en plena campaña, por lo que podría emitir su decreto a finales de año. Ya tienen sufiente para cargar con el acuerdo nuclear iraní después de que funcionarios de Teherán hayan prometido que aumentarán la capacidades de sus misiles.

Cuba

El mayor desafío de Obama será seguir siendo relevante. Por ahora, tiene su agenda plagada de viajes. Uno de ellos podría ser Cuba, lo que pondría el broche final al restablecimiento de las relaciones entre los dos países, entre los que, de momento, parece que han cambiado pocas cosas. Están confirmados Alemania en abril, Japón para el G-7 en junio, Polonia para la cumbre de la OTAN en julio, China para el G-20 en septiembre y es posible que Perú para la cumbre Asia-Pacífico.