Videos

Europa dice «no» al chantaje de May

El Consejo Europeo recibe la carta que activa el artículo 50 del Tratado de Lisboa para regular la salida de Reino Unido del bloque. La primera ministra británica, Theresa May, pone sus condiciones al margen de las normas de la UE y aboca a un choque de trenes entre Londres y Bruselas. «No hay marcha atrás», advierte la «premier»

La carta de Theresa May
La carta de Theresa Maylarazon

►La premier británica desafía a la UE y amenaza con no cooperar en seguridad si no hay acuerdo ►Londres pide negociar a la vez la salida y el estatus futuro, a lo que Merkel se niega en rotundo

«Este es un momento histórico para el que no hay vuelta atrás». Éstas eran las palabras que la «premier» Theresa May pronunciaba ayer en una abarrotada Cámara de los Comunes para comunicar a los diputados que el Ejecutivo había solicitado de manera formal el artículo 50 del Tratado de Lisboa, con el que se pone fin a la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea tras más de cuatro décadas. El país abandonará el bloque, previsiblemente en marzo de 2019, y también el mercado único. Londres quiere recuperar el dominio de sus fronteras para controlar la inmigración, asunto protagonista durante la campaña previa al plebiscito europeo del pasado 23 de junio.

El discurso de May comenzaba minutos después de que a las 13:20 horas en Bruselas, el embajador británico en la UE, Tim Barrow, entregara al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, la carta que marca el inicio del fin del bloque a 28. La misiva había sido firmada la noche anterior por May quien, en la fotografía que divulgaba el Ejecutivo, aparecía junto a la bandera británica y sentada frente a un gran retrato de Sir Robert Walpole (1676-1745), considerado el primer jefe de Gobierno que tuvo el país. En definitiva, una danza perfectamente orquestada observada con estupor a ambos lados del Canal de la Mancha. Aquellos que pensaron que este momento jamás llegaría.

En su intervención, May señaló que su Gobierno cumplía así con la «voluntad democrática» expresada por el pueblo británico en el referéndum celebrado hace nueve meses. La victoria del Brexit se impuso por un ajustado 51,9% de los votos. Los partidarios de abandonar la UE conseguían poco más de un millón de votos de ventaja frente al 48,1% del electorado que optó por la permanencia.

La sociedad está completamente dividida. No extrañó, por tanto, las constantes alusiones de May a la «unidad» del país en este «viaje trascendental» de cara cara a los dos años de duras negociaciones que quedan por delante, donde el Ejecutivo ha repetido que prefiere «salir sin acuerdo que con un acuerdo malo». «Ahora que la decisión ha sido tomada, es el momento de unirnos», afirmó May, que hizo hincapié en que negociará como un «único Reino Unido», pero teniendo en cuenta «los intereses de todas las regiones (Inglaterra, Escocia, Irlanda del Norte)», en clara referencia a los objetivos independentistas del Gobierno autónomo escocés de Nicola Sturgeon, que el martes conseguía el respaldo del Parlamento de Edimburgo a sus planes para celebrar un segundo referéndum de independencia. «Vamos a tomar nuestras propias decisiones y nuestras leyes, vamos a asumir el control de las cosas que nos importan más y vamos a aprovechar esta oportunidad para construir un Reino Unido más fuerte, más justo, un país en el que nuestros niños y nietos estén orgullosos de llamar casa. Esta es nuestra ambición y nuestra oportunidad», explicó en un tono altamente nacionalista. Así mismo, se comprometió a resolver «lo antes posible» la incierta situación legal que afrontan a partir de ahora los cerca de 3,5 millones de comunitarios que viven en el país, entre ellos, los 120.000 españoles, aunque los expertos aseguran que la cifra sería mayor, ya que no todos están registrados en el consulado.

«Durante las negociaciones voy a representar a todos. Jóvenes y mayores, ricos y pobres, los que viven en ciudades y los que viven en pueblos. Y sí, también a aquellos ciudadanos comunitarios que han hecho de Reino Unido su hogar», matizó. El desenlace del histórico plebiscito ha sumido a estos expatriados en una nube de incógnitas ante su futuro, ya que hasta la fecha, el Gobierno de May no ha querido darles garantías concretas a pesar de las peticiones al respecto de la propia Cámara de los Lores. El Ejecutivo ha reiterado en varias ocasiones que este asunto es «prioritario» en la agenda política y que lo quieren resolver con prontitud, siempre que el resto de países europeos que acogen a los 1,5 millones de británicos expatriados estén dispuestos a hacer lo propio con sus nacionales. En este sentido, dentro de los siete puntos principales de la misiva entregada a Tusk, la «premier» reconoce la «obvia complejidad de las negociaciones», pero destaca que «en el corazón» de las conversaciones están los «intereses» de todos los ciudadanos. Según «The Guardian», el Parlamento Europeo vetará cualquier acuerdo de Brexit que impida que los ciudadanos comunitarios que se muden a Reino Unido en los próximos dos años tengan los mismos derechos que los que ya residen en el tierras británicas.

Por otra parte, May defendía en la carta la necesidad de que las negociaciones se lleven a cabo al mismo tiempo que el acuerdo que regulará la futura relación del país con el bloque. «Reino Unido quiere acordar con la UE una asociación profunda y especial que incluya tanto la cooperación económica como de seguridad», señaló.

Los siete puntos de la carta

Comprensión y respeto, pero bajo sus condiciones

«Deberíamos entablar un diálogo de manera constructiva y respetuosa, con un espíritu de sincera cooperación». May aspira a ese respeto, pero marca sus condiciones al margen de la UE.

Complejidad de negociar lo desconocido

En el segundo punto, May destaca que en el corazón de las negociaciones están los intereses de los ciudadanos afectados. «Deberíamos siempre anteponer a nuestros ciudadanos».

Búsqueda de una alianza profunda y especial.

«Deberíamos trabajar con el objetivo de asegurar un acuerdo amplio» y blande la baza de la seguridad para favorecer el acuerdo con los socios europeos.

Periodo de implementación suave y ordenado

«Deberíamos trabajar juntos para minimizar las alteraciones y dar la máxima certeza posible» para que el ajuste a las nuevas disposiciones sea suave y ordenado», reza la misiva.

Un acuerdo a dos niveles

«Deberíamos comenzar negociaciones técnicas sobre áreas políticas tan pronto como sea posible». Es uno de los puntos más conflictivos, pues pide negociar la salida y la nueva alianza a la vez.

Frontera terrestre abierta con Irlanda

«Debemos prestar atención a la relación única que tenemos con la República de Irlanda y a la importancia del proceso de paz en Irlanda del Norte». Muestra un temor al cambio del statu quo.

Valores libres y democráticos ahora más que nunca

En el último punto, la «premier» cree que a fin de garantizar la seguridad «deberíamos continuar trabajando juntos para avanzar y proteger nuestros valores europeos compartidos».