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Operación Centinela: Los gendarmes en la diana terrorista

Un francés de 36 años y de origen argelino arrolla con un BMW a seis militares que patrullaban a las afueras de París y resulta neutralizado tras seis horas de fuga

Policías y soldados en el lugar del atropello en Levallois-Perret
Policías y soldados en el lugar del atropello en Levallois-Perretlarazon

Un francés de 36 años y de origen argelino arrolla con un BMW a seis militares que patrullaban a las afueras de París y resulta neutralizado tras seis horas de fuga.

Las Fuerzas de Seguridad parecen estar permanentemente en el punto de mira del terrorismo en Francia. El historial de los últimos dos años comienza a ser extenso y el de ayer fue el último episodio de una amplia lista de ataques. Los hechos sucedían esta vez en Levallois-Perret, una acomodada localidad que linda con el noroeste de París. Minutos después de las ocho de la mañana, un vehículo arrollaba a seis militares que se disponían a patrullar la localidad dentro del marco de la operación «Centinela», que vigila las calles del país desde hace dos años. De los seis militares, dos tuvieron que ser ingresados en el hospital militar de Bégin con heridas graves, aunque sus vidas no se encuentran en peligro. El vehículo que cometió el ataque, un BMW de color negro conducido por un sólo hombre, se dio a la fuga después del ataque y gracias a una búsqueda apoyada en las numerosas cámaras de vigilancia con las que cuenta la localidad, fue localizado a primera hora de la tarde en la autopista A16 en la región del Norte de Francia, en la localidad de Marquise, a pocos kilómetros de Calais. La detención del sospechoso fue «violenta», según han confirmado varias fuentes de la investigación abierta por la sección antiterrorista de la Fiscalía de París. Para evitar ser detenido, el conductor chocó contra varios vehículos y los policías abrieron fuego en varias ocasiones. Los investigadores confirmaban minutos después que el BMW del sospechoso era el mismo vehículo del ataque que se producía a primera hora de la mañana en Levallois.

El sospechoso, Hamou B., un hombre nacido en 1980 y de origen argelino, según ha podido confirmar la televisión BFM, era desconocido por los servicios de inteligencia franceses en cuanto a radicalización, si bien cuenta en su historial con otros delitos menores. El hombre residía en Satrouville, al oeste de París y la Policía ha realizado varios registros a última hora de ayer en domicilios de su entorno más próximo.

El detenido permanece hospitalizado tras recibir cinco balas con las que la Policía logró neutralizarlo tras ofrecer gran resistencia en su detención, según fuentes policiales. Su vida no corre peligro. Un testigo de la agencia Reuters en el lugar del incidente pudo ver el modelo usado en el ataque, con varios agujeros de bala en la carrocería y varias ambulancias rodeando el vehículo.

La investigación abierta por la Fiscalía antiterrorista de París trata de confirmar, al cierre de esta edición, si la identidad del sospechoso detenido coincide con la del atacante, tal como apuntan todos los indicios. El lugar del ataque en Levallois se encuentra frente a un parque en una zona de poco tráfico y el coche del presunto agresor se dirigió hacia los militares en dirección prohibida. «El coche avanzaba suavemente y, a un centenar de metros (de los militares) aceleró, así que sabemos que fue un acto deliberado, no accidental», explicó el ministro del Interior, Gérard Collomb, tras visitar a los dos militares heridos que aún permanecen bajo atención hospitalaria.

Para el alcalde de Levallois, Patrick Balkany, se trata sin duda de un «ataque intencionado», pues el vehículo estaba estacionado esperando a que los militares salieran del cuartel junto a la Plaza de Verdún, en pleno centro del municipio y ante los ojos de otros vecinos. La Fiscalía antiterrorista ha abierto una investigación por «intento de asesinato en relación a acto terrorista».

El Gobierno del presidente Emmanuel Macron ha evitado pronunciarse en términos de terrorismo durante las últimas horas, si bien recalcan varios de sus integrantes el componente de premeditación en el ataque a la hora de poner en el punto de mira, una vez más, a las Fuerzas de Seguridad galas. El ataque llega tan sólo tres días después de que otro individuo, sospechoso de mantener vínculos con las redes del grupo Estado Islámico, tratara de traspasar los controles de seguridad de la Torre Eiffel con un arma blanca con la que pretendía alcanzar, de nuevo, a otro militar. El país sigue bajo una fuerte amenaza terrorista y aún bajo el Estado de emergencia, prolongado por otros cuatro meses el pasado mes de julio. El presidente Macron espera poder levantarlo en noviembre, dos años después de su inicio tras los atentados de la sala Bataclan, el estadio de Francia y los bares del canal Saint Martin.

Por su parte, el presidente francés reiteró ayer su respaldo a las Fuerzas Armadas y ofreció su absoluto apoyo a los seis militares que resultaron heridos por un atropello intencionado en Levallois-Perret. «Apoyo a los militares atacados en el marco de su misión de protección. Los heridos están en las mejores manos», destacó Macron en su primera reacción a los hechos, difundida a través de Twitter.

El presidente Macron también quiso felicitar a las Fuerzas de Seguridad por detener al presunto autor del «ataque» y defendió precisamente la necesidad de mantener la «vigilancia» ante futuros riesgos. La población se encuentra en estos momentos dividida sobre el proyecto del presidente de integrar parte de las excepciones del Estado de emergencia en la nueva ley antiterrorista con el fin de facilitar los registros en las viviendas o el cierre de lugares de culto que hagan exaltación del odio.