Melilla
Un total de 5.409 sirios han entrado por Melilla desde el mes de enero
Marruecos cierra su frontera por unas horas para evitar una avalancha
En lo que va de año, un total de 5.409 ciudadanos sirios (la cifra es de ayer mismo) han entrado en España por la frontera de Beni Enzar, en Melilla, de los que unos 1.300 permanecen el Centro de Estancia temporal de Inmigrantes, según han informado a LA RAZÓN fuentes melillenses. Esta cifra supera con creces la de los individuos de esta nacionalidad que utilizaron durante el año pasado el citado paso fronterizo, que fue de 3.077. El motivo del crecimiento es que el sistema que utilizan para entrar en nuestro país, en la inmensa mayoría de los casos con pasaportes falsificados, se ha demostrado eficaz y no conlleva los riesgos que supone utilizar vías marítimas. El aumento de los sirios que llegan a Melilla y que, tras una corta estancia en el CETI, son trasladados a la península y de allí a otros países europeos, hace que la posibilidad de infiltración de terroristas yihadistas sea cada vez mayor. Además, Melilla constituye un objetivo preferente para los islamistas radicales que pretenden recuperar por la fuerza todos los territorios de Al Andalus. La Ciudad Autónoma, por estar enclavada en la costa africana, es un bastión cuya conquista supondría un hito. Si se observa el crecimiento de la entrada de sirios por la frontera de Melilla, las sospechas posible infiltración terrorista cobran fuerza. En 2010, entró uno; en 2011, tres; en 2012, uno; en 2013, 231; en 2014, 3077; y, en lo que va de año, los citados 5.409.
Frente a las mafias de la inmigración que actúan en Libia y otros países de la zona, en Marruecos existe un auténtico mercado de documentaciones falsas que, tras una estancia de no demasiados días en un hostal de Nador, cuyas habitaciones abarrotan familias enteras, se consiguen tras el pago de cantidades que fluctúan en función de la demanda. De los 500 euros que se pagaban en su momento se ha llegado a los 3.000, aunque la cifra media es de unos 1.500.
El procedimiento es curioso y demuestra el control que las mafias marroquíes tienen sobre este tráfico de seres humanos. Los pasaportes, sirios o marroquíes una vez atravesada la frontera, son devueltos al «contacto» marroquí, que no tardará en vendérselos (más bien alquilárselos) a otros sirios.
Es un hecho que los refugiados de esta nacionalidad inundan la frontera de Marruecos con España. Ayer, el paso de Beni Enzar, que separa el reino alauí de España fue cerrado por las autoridades marroquíes durante casi una hora. El cierre fue provocado por una avalancha de sirios que están huyendo para poder llegar a Europa. Aunque la ruta más habitual es desde las costas turcas en una embarcación ilegal hasta las islas griegas del Egeo, muchos sirios llegan hasta Trípoli (Libia) para continuar caminando hacia Túnez, Argelia y Marruecos con la esperanza de acceder a Melilla. La crisis migratoria en el Mediterráneo supera la cifra de 320.000 inmigrantes, la mayoría de origen sirio, en lo que va de año, según publicó ayer la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Ante esta problemática que sacude a Europa, el ministro de Migración marroquí, Anis Biru, dijo ayer que su país se anticipó a la crisis de la emigración con la adopción hace dos años de una política que permitió la regularización de más de 18.000.
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