Venezuela
Una bancarrota de Venezuela puede dar a Rusia la sexta petrolera de EE UU
Un grupo de congresistas pide al Gobierno de Trump acciones para evitar que las refinerías de Citgo caigan en manos de Moscú
Un grupo de congresistas pide al Gobierno de Trump acciones para evitar que las refinerías de Citgo caigan en manos de Moscú
Congresistas estadounidenses han puesto la voz de alarma por las derivaciones que la crisis económica venezolana podría tener en la política de seguridad nacional de EE UU. En una carta al secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, un grupo de legisladores republicanos y demócratas advierten al Gobierno de Donald Trump de que Rusia podría controlar una buena parte de la capacidad de refinado de petróleo en Estados Unidos si el Estado venezolano fuera incapaz de pagar sus deudas con Moscú.
El Gobierno de Nicolás Maduro es el mayor propietario extranjero de refinado en EE UU a través de Citgo, una filial de la estatal petrolera PDVSA, la mayor empresa pública del país latinoamericano. Citgo, con sede en Houston y 3.700 empleados, posee la sexta mayor refinería de Estados Unidos y una red de oleoductos que cruza por 22 estados del país, además de 6.000 estaciones de gasolina.
En diciembre del año pasado, el Gobierno de Caracas firmó un préstamo con Rusia de 1.500 millones de dólares y ofreció como fianza el 49,9% de Citgo. Los congresistas dan por hecho que la situación económica en Venezuela es tan delicada –con una inflación que podría llegar al 1.600%, según el FMI, y una caída del PIB de diez puntos el año pasado– que el Estado no podrá hacer frente a la deuda contraída con Rusia: «Aunque Venezuela posee la mayor reserva de petróleo del mundo, el país se ha convertido prácticamente en un estado fallido», reza el documento.
De producirse ese escenario, advierten, Citgo podría quedar controlada por Rusia. Lo único que tendría que hacer Moscú, a través de su petrolera estatal Rosneft (está participada por el Estado en un 50%), es comprar una pequeña cantidad de bonos a PDVSA y quedarse con más del 50% de Citgo. Las consecuencias de este futurible convertirían a Moscú en el segundo país con mayor capacidad de refinado dentro de Estados Unidos. Los congresistas norteamericanos se muestran «profundamente preocupados» porque ello «daría a Rusia más control sobre los precios internacionales de la gasolina y el petróleo, limitaría la seguridad energética de EE UU y socavaría los esfuerzos geopolíticos estadounidenses».
«Venezuela –añaden– está endeuda con Rusia y China por miles de millones de dólares, pero dada la situación económica extrema, es dudoso que Caracas sea capaz de seguir cumpliendo con estos préstamos a largo plazo. Los rusos tienen mucho que ganar de la transferencia de activos de PDVSA-Rosneft-Citgo en detrimento de los intereses de Estados Unidos», alertan en la carta escrita por un grupo bipartidista liderado por el senador republicano Marco Rubio y el demócrata Bob Menéndez.
PDVSA ha negado que esa transacción haya tenido lugar y ha asegurado se trata de un «rumor» dentro de una campaña de «medios nacionales e internacionales contra la industria petrolera venezolana».
La creciente preocupación por la vulnerabilidad de Estados Unidos llega en un momento de tensión entre Moscú y Washington por la guerra de siria. También tiene implicación con Ucrania. La empresa petrolera rusa Rosneft figura en la lista de sancionados de Estados Unidos por «violar las leyes internacionales y alimentar el conflicto en Ucrania».
A eso se añade que en los últimos años China ha prestado a Caracas unos 60.000 millones de dólares, que Venezuela se ha comprometido a pagar mediante el envío de petróleo. Para Pekín, el negocio es redondo, ya que desde 2012 el precio del barril de petróleo ha caído de los cien dólares a menos de la mitad. En el caso de Rusia, los préstamos a Caracas han sido de unos 5.000 millones de dólares.
Según la CNN, ni Venezuela ni PDVSA van a quedarse sin dinero de forma inmediata, pero alerta de que existe una posibilidad razonable de que pierda la liquidez a finales de 2017. Esto podría significar que PDVSA no sería capaz de pagarle el préstamo a Rusia. Un experto contactado por la cadena estadounidense asegura que incluso si Rosneft obtiene el control de Citgo, no es probable que Rusia pueda hacer mucho para afectar los precios del petróleo en Estados Unidos. «Los rusos no pueden mantener como rehén a Estados Unidos», asegura John LaForge, un experto en energía y líder de Estrategia de Bienes Raíces en Wells Fargo. Citgo gestiona 800.000 barriles de petróleo por día en Estados Unidos, una pequeña cantidad de los 20 millones de barriles que el país consume a diario.
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