Rojo
Zapatero se reúne con Leopoldo López en prisión
Se trata del primer ex presidente que consigue acceder a la cárcel de Ramo Verde, blindada por el régimen de Maduro
Se trata del primer ex presidente que consigue acceder a la cárcel de Ramo Verde, blindada por el régimen de Maduro
El ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero llegó a Venezuela para reunirse con el mandatario venezolano Nicolás Maduro y seguir abonando el terreno para un posible diálogo con la oposición. A diferencia de la reciente visita de Albert Rivera, líder de Ciudadanos, Rodríguez Zapatero sí logró reunirse ayer en la cárcel militar de Ramo Verde con el líder opositor Leopoldo López, según informó Efe a última hora de ayer.
Los familiares de López no ofrecieron mayores detalles sobre este encuentro, al menos al cierre de esta edición, pero sí trascendió el dato de que hablaron durante más de dos horas en la prisión. Queda claro que el ex presidente es el primer líder político que logra reunirse con Leopoldo López después de que se le dictara una sentencia de más de 14 años por los delitos de instigación pública, daños a la propiedad e incendio en grado de determinador y asociación para delinquir. Otros líderes habían intentado, infructuosamente, reunirse con López. Algunos de ellos fueron Andrés Pastrana, Sebastián Piñera y Jorge Quiroga.
El presidente de Ciudadanos habría declarado que en una reunión en la casa del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, habló con el ex presidente. «Yo le escuché. El señor Zapatero me dijo que él tenía muy buena relación con Maduro y que él era la persona adecuada para estar en Venezuela, y que otros teníamos que pensárnoslo. Hablé también con Felipe González, le pedí opinión y me dijo que creía conveniente que estuviera», aseguró Rivera.
En su anterior visita a Venezuela, hace poco menos de un mes, Rodríguez Zapatero se reunió también con Maduro en el Palacio de Miraflores y posteriormente con los líderes de la oposición en la sede del Parlamento Nacional.
Leopoldo López, líder opositor y dirigente del partido Voluntad Popular, lleva más de dos años en la cárcel. En reiteradas oportunidades, sus familiares han denunciado las vejaciones a las que son sometidas su esposa, Lilian Tintori, y su madre, Antonieta de López, para poder verlo. En una ocasión, las desnudaron a ambas. Como consecuencia de esto, recibió una medida especial de protección para evitar nuevas humillaciones. Tintori vive sola con sus dos hijos pequeños, Manuela y Leopoldo Santiago, quienes constantemente le preguntan cuándo saldrá su padre de la cárcel, según relató ella misma en una entrevista personal que concedió hace unos meses a LA RAZÓN.
López permanece en una celda aislado de los demás presos, a veces le niegan la visita a sus familiares por órdenes superiores de quienes dirigen la cárcel de Ramo Verde y está constantemente vigilado. El padre de López, su hermana y su cuñado recibieron recientemente la nacionalidad española, en resguardo de la persecución en la que viven en Venezuela.
El ex candidato presidencial en dos oportunidades, gobernador del estado de Miranda y miembro de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Henrique Capriles Radonski, se opuso a la mediación para un diálogo que ofrecen no sólo Rodríguez Zapatero, sino también los ex presidentes Manuel Torrijos y Leonel Fernández.
Para Capriles Radonski, la única vía a la solución de la crisis venezolana pasa por realizar un referéndum revocatorio que logre sacar a Maduro del poder, por la fuerza de los votos. Pidió que, antes de que se realicen otras reuniones como la de hace una semana en República Dominicana o se abone el terreno del diálogo, se debe exigir al Consejo Nacional Electoral que fije la fecha para la realización del revocatorio y que se respete la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
En este sentido, Maduro destacó ayer en un acto en La Habana que Venezuela no se doblegará ante las injerencias extranjeras y que su país es «la reina de la democracia» en todo el continente. El mandatario aseguró que tiene la firme determinación de defenderse de los ataques de «la violencia política» dirigidos desde el exterior.
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