Gastronomía

¿De verdad comer queso engorda tanto?

Los amantes de los quesos en cualquiera de su tamaño, gusto o carga calórica estamos de enhorabuena, puesto que según recientes investigaciones sobre hábitos de consumo saludables, el queso ya no es uno de los principales enemigos de la dieta.

¿De verdad comer queso engorda tanto?
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Consumir queso no provoca un aumento de peso

Los amantes de los quesos en cualquiera de su tamaño, gusto o carga calórica est náde enhorabuena, puesto que según recientes investigaciones sobre hábitos de consumo saludables, el queso ya no es uno de los principales enemigos de la dieta.

Han sido casi 16 años de investigaciones para tratar de averiguar cómo nuestra dieta diaria afecta el aumento de peso a largo plazo. Los investigadores han analizando las dietas de 120.000 hombres y mujeres en tres estudios diferenciados a largo plazo. Los resultados de estas investigaciones han sido publicados recientemente en la revista American Journal of Clinical Nutrition, donde se han puesto de manifiesto una serie de descubrimientos notables que hasta ahora tal vez desconocíamos. Las dietas ricas en carnes rojas y procesadas están directamente vinculadas con el aumento de peso, mientras que comer más yogur, mariscos, frutos secos y pollo (obviamente sin la piel) está más estrechamente asociado con el mantenimiento de un peso saludable a largo plazo.

Pero para los amantes del queso, el hallazgo más interesante puede ser el que el grupo de investigadores descubrió sobre los lácteos: el queso, elaborado tanto con leche entera como el que está elaborado con leche baja en grasa no parece inclinar la balanza en uno u otro sentido. En otras palabras, contrariamente a la creencia popular, consumir queso (siempre pensando en un consumo moderado) no provoca un aumento de peso a largo plazo.

Además, el estudio añade que el consumo de queso con toda su grasa (el elaborado con leche entera), puede de hecho engordar menos que el que es bajo en grasa. Así lo confirman los investigadores de la Universidad de Tufts, en cuyo estudio destaca que las personas que consumen productos lácteos bajos en grasa, están en realidad ingiriendo más carbohidratos, un hábito que, a largo plazo, podría conducir al aumento de peso. "Esto sugiere que las personas compensan, durante años, las calorías de los productos lácteos bajos en grasa al aumentar su consumo de carbohidratos", confirmó Jessica Smith, Ph.D., una de las investigadoras que han llevado a cabo el estudio.

Pero obviamente, como todo en la vida, el truco está en saber medir y encontrar el término medio. Si basamos nuestra dieta en queso, no solo engordaremos, sino que además estaremos ingiriendo demasiadas grasas saturadas que dispararán nuestro colesterol. Así que como sabrosa conclusión de este estudio, ahora ya sabemos que sí, que es posible consumir queso sin engordar. En su justa medida, claro.