Estados Unidos
El «Gap year» de Malia Obama en Sevilla
La hija mayor del presidente de Estados Unidos elige España para pasar su año sabático antes de ir a la Universidad de Harvard
La hija mayor del presidente de Estados Unidos elige España para pasar su año sabático antes de ir a la Universidad de Harvard
Malia Obama viajará este verano a nuestro país, en una visita privada, probablemente acompañada de su madre, Michelle, y previa al viaje oficial de su padre, previsto para los días 9 a 11 de julio. El objetivo del viaje no es trabajar como becaria en la Embajada de Estados Unidos en Madrid, como esta semana han publicado algunos medios. Según fuentes de esta legación diplomática, Malia no hará prácticas de verano en la capital, ya que éstas están destinadas únicamente a estudiantes de tercer y cuarto grado universitario, según un acuerdo del Departamento de Estado con determinadas universidades americanas. La hija mayor del presidente, que el próximo 4 de julio, coincidiendo con la Fiesta Nacional de EE UU, cumplirá 18 años, acaba de terminar con excelente resultado académico sus estudios de enseñanza media en la Sidwell Friends School, en Washington, la misma escuela en la que continuará estudiando su hermana Sasha hasta concluir el instituto en 2019.
Malia ha decidido, como suele ser costumbre entre los jóvenes americanos, disfrutar de un año sabático, o «gap year», antes de comenzar sus estudios universitarios. Un tiempo normalmente destinado para viajar y para adquirir otras experiencias fuera del mundo académico, así como para perfeccionar otros idiomas. Malia ha elegido la ciudad de Sevilla para fijar su residencia el próximo año antes de comenzar, en otoño de 2017, sus estudios universitarios en la universidad de Harvard y en la que se prevé que se licencie en 2021. No fue una decisión sencilla, por lo que Malia visitó junto a sus padres otras universidades como Stanford, Columbia o Berkley. Pero finalmente se decantó por la de Harvard, en Massachussetts, la misma en la que sus padres estudiaron Derecho. Vivirá en Harvard Square, en una residencia de estudiantes que la institución le seleccionará, al igual que su compañera de cuarto. Además el «gap year» de la joven en Sevilla coincide con la salida de la Casa Blanca del político demócrata, tras ocho años de mandato, por lo que se perderá la mudanza familiar.
La hija de Barack y Michelle Obama ha elegido la ciudad de Sevilla para perfeccionar su español, idioma que ha estudiado desde niña y que le sirvió para ejercer sin ningún problema de intérprete en el viaje de los Obama a Cuba. Durante su estancia en España, prevista para finales de mes o principios de julio, además de ultimar los detalles de su futura casa en alguna de las urbanizaciones de lujo a las afueras de Sevilla, es posible que acuda a algún acto de cooperación social, vinculado con la infancia, organizado por el embajador Jaime Costos y su pareja, el decorador Michael Smith, dada la excelente relación de amistad que une a éstos con sus padres. Recordemos que Costos fue uno de los grandes patrocinadores de la campaña para la reelección de Obama hace cuatro años. Antes de su nombramiento como embajador era un alto cargo empresarial en los sectores del comercio minorista internacional y el «entertainment», principalmente Tod’s y HBO. Por su parte, Smith fue el encargado de decorar varias salas de la Casa Blanca antes de ser ocupada por los Obama. Quién sabe si será también el encargado de decorar la casa en la que viva Malia. La primogénita es el ojo derecho del mandatario, quien en una entrevista con Ellen DeGeneres, definió a su hija como «una persona inteligente y preparada para hacer su propio camino». «Es una de mis mejores amigas. Será difícil no tenerla cerca todo el tiempo», aseguró el presidente. A nivel académico, es una joven ejemplar, «la típica estudiante que nunca está contenta con las notas», según su padre, y «una ávida lectora», según su madre.
Una joven modélica
Al ser hija del presidente de EE UU le resultará complicado vivir una adolescencia normal. Lejos de los escándalos de los hijos de algunos jefes de Estado, su comportamiento ha sido siempre impecable. La educación ha sido un factor esencial para sus padres, que han querido que sus hijas crecieran conscientes de su papel y de cómo desempeñarlo adecuadamente. En más de una ocasión su madre les ha advertido del peligro de que un «mal comportamiento» pudiera ser grabado en vídeo y compartido con millones de personas a través de las redes sociales. Por eso, en un intento de proteger su privacidad, rara vez se han compartido imágenes de las niñas en internet. Pero, en plena revolución de las redes sociales, alguna se ha filtrado, como la imagen que Malia posando con una camiseta del grupo de rap Pro Era. Y es que Malia, aunque consciente de sus obligaciones, no ha dejado de hacer cosas propias de su edad como acudir a festivales de música, como el de Lollapalooza en Chicago o al concierto de One Direction, en Virginia. Pero una fotografía que disgustó a la Casa Blanca fue la tomada en la Universidad de Brown en la que se distinguía a Malia junto a una mesa repleta de cervezas. La respuesta no se hizo esperar, y el «Daily Herald» se vio obligado a publicar un editorial bajo el título «Lo sentimos, Malia Obama». Esperemos que este año sabático de Malia en Sevilla le sirva para empaparse de nuestras costumbres y perfeccionar el español.
Una «It girl» en la Casa Blanca
«De tal palo tal astilla», dice el refrán. Y es que Malia ha heredado el impecable estilo de su madre, pasando de ser una elegante señorita cuando la conocimos en 2008, primer año de elección de Barack Obama como presidente de Estados Unidos, a una joven sofisticada, en la actualidad. Con los años, la joven se ha convertido en una auténtica «it girl», cuyos «outfits» son comentados con frecuencia, ha llegado incluso a eclipsar en algunos actos oficiales a la propia Michelle. Además, ha sabido combinar a la perfección en sus estilismos la alta costura con la moda «low cost», y es frecuente verla vestir tanto diseños de Naeem Khan o Jason Wu, como de ASOS o H&M. Es una adicta a la vida sana, adora a los animales (inseparable de los perros de la Casa Blanca, Bo y Sunny), los deportes (practica tenis, fútbol y le apasiona el baile) y toca el piano. Le gusta colaborar en campañas de acción social, principalmente en defensa de los derechos de la infancia. Y es una hermana modélica. Con Sasha comparte risas y «selfies», además de una gran complicidad.
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