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La camiseta imposible de Pedro Sánchez
Parece ser su «look» predilecto para asistir a conciertos. El socialista la llevaba el verano pasado en el FIB y esta semana se dejó ver con ella en el «show» de Lori Meyers. La polémica sobre su estilo no se hizo esperar.
Parece ser su «look» predilecto para asistir a conciertos. El socialista la llevaba el verano pasado en el FIB y esta semana se dejó ver con ella en el «show» de Lori Meyers. La polémica sobre su estilo no se hizo esperar.
De un tiempo a esta parte estamos descubriendo una nueva hornada de políticos que, lejos de gustarles las baladas clásicas, prefieren la música indie. Los mensajes de apoyo al grupo Supersubmarina tras su accidente así lo demostraron y ya es común ver a la política del PP, Andrea Levy, en el Ocho y Medio madrileño (el sancta sanctorum de la música independiente en nuestro país). Sidonie, Miss Cafeína y Lori Meyers son, entre otros, grupos que no sólo triunfan en la escena alternativa (algunos incluso comercial) española, sino que también se cuelan en las listas de éxitos de cada vez más miembros del Congreso de los Diputados.
Pedro Sánchez, que ahora recorre España con su «sí es sí», es uno de esos políticos que ha declarado su pasión por este tipo de música. Tanto es así que el año pasado pudimos verle en el FIB y, hace unos días, haciendo un descanso de su campaña por la secretaría general socialista en el Palacio de los Deportes de Madrid en un concierto de Lori Meyers. Fue allí donde dos simpatizantes se acercaron para pedirle una foto que rápidamente publicaron en Instagram. A partir de ese momentola música y la política quedaron a un lado y tomó fuerza la moda... o la no moda. La polémica que ha acompañado a Sánchez durante los últimos días tiene que ver con su particular elección a la hora de vestir (que repetía, ya que también la llevó en el ya citado FIB): una camiseta estampada de dudoso gusto. «Era muy 1998», afirma Josie, colaborador del programa de televisión «Zapeando» y director del Postgrado de Estilismo de Moda del IED Madrid. «Si quería llevar camiseta, mejor haber optado por una blanca, de hilo de Escocia, y chaqueta de algodón egipcio», añade.
Camiseta blanca, sí
La suya no es la única voz que se ha levantado contra este error de estilismo del aspirante a líder del PSOE. Coincide con él el director de la revista «Dear Magazine», Fruela Zubizarreta: «Hubiera ido mejor con una camiseta blanca y unos vaqueros. Su “look” era inapropiado, no era digno de alguien que pretende liderar un partido o un país». «Si bien es cierto que en su tiempo libre puede vestir como quiera, también considero que no es apropiada para él», afirma, por su parte, Miguel de Santos, director de la web El Hedonista y de la revista «Port».
«Especialmente en la vida pública, eres lo que vistes. Tu ropa, tu aspecto y tus maneras moldean la manera en la que te perciben los demás. Es una estrategia de comunicación política llamada Power Dressing: el poder de la imagen para transmitir una idea. De ahí que vestir bien no sea siempre una frivolidad», ilustra Amaia Odriozola, editora de moda y belleza de Glamour.es. «El estampado es imposible, aunque más allá de eso existen prendas que tienen una vida útil en nuestro armario. Se puede ser moderno y llevar una camisa blanca. De hecho, le habría favorecido mucho más. La moda no debería nunca cortar alas, pero no hay nada más chocante que vestir de una década que no te corresponde», añade. El diseñador Juan Avellaneda también se muestra de acuerdo con ello y afirma: «Habría estado bastante mejor con una camiseta blanca».
En un momento como el que vive Pedro Sánchez, enfrascado en plena batalla por la Secretaría General e intentando renovar el PSOE, quizá debería tener más cuidado a la hora de elegir sus estilismos, aunque sea para un rato de ocio. ¿Quién sabe si se puede usar como arma arrojadiza?
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