Música
Lady Gaga monta un «show» de diez millones de dólares
Vestida de Versace en todos sus fastuosos atuendos, no necesitó de grandes gestos contra Trump pues elegió un repertorio lleno de mensajes de unión
Vestida de Versace en todos sus fastuosos atuendos, no necesitó de grandes gestos contra Trump pues elegió un repertorio lleno de mensajes de unión
Diez millones de dólares ha costado el «show» de Lady Gaga en el intermedio de la Super Bowl, según la CNBC, superando a los de Coldplay (2016) y Katy Perry (2015). En unos Estados Unidos profundamente divididos desde la elección de Donald Trump como presidente, la cantante logró iluminar el descanso del partido de futbol americano entre los New England Patriots y los Atlanta Falcons con un mensaje de inclusión y unidad. «Amo América, una nación de libertad y justicia para todos», fueron las palabras con las que la diva comenzó su actuación en el NRG Stadium de Houston. Mientras ella entonaba el «God Bless America», intercalando algunas líneas de «This land is your land» –una oda antirracista escrita por Woody Guthrie en 1940–, trescientos drones recreaban un firmamento estrellado, que acabaron dibujando, en azul y rojo, la bandera americana, una parte del espectáculo que tuvo que grabarse antes del partido para cumplir con las reglas gubernamentales sobre aviones no tripulados. A continuación, saltaba al vacío, suspendida en cables, desde la cubierta del estadio hasta el escenario.
Vestida de Versace, con un body de pedrería y enormes hombreras, la intérprete recordó uno de sus primeros éxitos, «Poker face», en el que dejó clara la superioridad de su voz en directo sin parar, además de hacer acrobacias en el aire. Continuó con «Born this way», un himno a los diferentes y a los no integrados. Al sonar los primeros acordes de «Telephone» –el gran éxito que en 2009 cantó a dúo con Beyoncé– todos esperaban la aparición de la diva negra del pop, como ocurrió en la Super Bowl de 2016, que reunió sobre el escenario a Beyoncé, Coldplay y Bruno Mars. Pero no apareció.
La artista dio prioridad en su espectáculo a su primera etapa, la de exitosos álbumes como «The fame monster» y «Born this way». En «Just Dance» no bailó, pero sí se enfundó una chaqueta dorada con incrustaciones en forma de pinchos, un homenaje a sus comienzos donde sus estilismos no pasaban desapercibidos. No hubo ninguna alusión a su penúltimo trabajo, «Artpop», pero sí del quinto y último álbum, «Joanne», del que interpretó «Million Reasons», al piano, momento que aprovechó para saludar a sus padres. «Bad Romance» ponía el punto final al show, con cambio de vestuario incluido, un guiño al fútbol americano, con top blanco de hombreras a modo de protecciones y culote de lentejuelas. Al grito de «¡Super Bowl 51!», la artista lanzaba su micrófono al público y agarraba un balón con el que saltó al campo. En definitiva, una memorable actuación sin grandes gestos contra Trump, pero repleta de mensajes a la integración tanto de homosexuales como de afroamericanos y latinos.
Barcelona, en su gira europea
Tras finalizar su espectáculo, la cantante dio a conocer las fechas de su nueva gira, «Joanne World Tour», que comienza el próximo 1 de agosto en Vancouver (Canadá) y que la traerá al Palau Sant Jordi de Barcelona el 22 de septiembre. Las entradas para este concierto se pondrán a la venta el próximo viernes. A partir del lunes estarán disponibles también las de sus conciertos en Norteamérica así como del resto de ciudades europeas.
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