La Habana
Tony Castro, de modelo a acomodador de Chanel
Uno de los nietos más jóvenes del ex dictador cubano participó en el desfile que Karl Lagerfeld organizó en la isla, pero no en calidad de modelo, como se había especulado, sino que fue contratado para ayudar a los más de 600 asistentes, entre los que estaban Tilda Swinton, Gisele Bündchen, Alice Dellal y Geraldine Chaplin, a encontrar sus asientos
Uno de los nietos más jóvenes del ex dictador cubano participó en el desfile que Karl Lagerfeld organizó en la isla, pero no en calidad de modelo, como se había especulado, sino que fue contratado para ayudar a los más de 600 asistentes, entre los que estaban Tilda Swinton, Gisele Bündchen, Alice Dellal y Geraldine Chaplin, a encontrar sus asientos
Ataviado con una sencilla guayabera verde oliva clara, muy diferente de los severos uniformes que solía llevar su abuelo Fidel Castro, uno de sus nietos más jóvenes, Antonio Castro Ulloa, sueña con ser actor y modelo. Aunque mucho se había especulado sobre su participación en la pasarela de moda más fastuosa que ha conocido La Habana, lo cierto es que el joven Tony Castro, de apenas 19 años, sólo estuvo ayudando a acomodar en los bancos del Paseo del Prado a los 600 invitados al exclusivo desfile de Chanel. Fue uno de los que ayudaron a encontrar su asiento a celebridades como Tilda Swinton, Vanessa Paradis, Gisele Bündchen, Gaspard Ulliel, Alice Dellal, Alma Jodorowsky, Caroline De Maigret, Geraldine Chaplin, Michelle Rodríguez y Vin Diesel, además de a las estrellas cubanas del grupo Gente de Zona, Omara Portuondo, Ana de Armas y Jorge Perugorría.
Más discretos, pero sin por ello dejar de llamar la atención, tampoco se perdieron la histórica ocasión algunos miembros de la familia Castro, entre ellos el padre de Tonito, Tony Castro, y su tía Mariela, hija del actual presidente cubano, Raúl Castro. Tony Castro no tuvo la suerte de las modelos cubanas Lupe y Yohana, que sí lucieron en la pasarela diseños del legendario Karl Lagerferld, que se inspiró en la reinterpretación de la guayabera, la camisa tradicional cubana con bolsillos,y que incluso usó el caqui de los uniformes militares y hasta una boina negra completamente bordada con lentejuelas para evocar al mítico Che Guevara.
Tiempos de cambio
Más allá de su papel poco protagónico, lo cierto es que la aparición del jovencito evidencia los tiempos de cambio que corren en Cuba, donde su familia asiste ya a muchos eventos a la luz pública, algo muy alejado del secretismo que siempre caracterizó a los hijos, nietos y otros familiares de Fidel y Raúl. Rodeados de guardias enmascarados como profesores o personal de servicio, muchas veces con nombres alterados en las listas, y sin casi saberse nada de sus vidas, los cinco hijos reconocidos de Fidel Castro con la también misteriosa Dalia Soto del Valle llevaron durante años una vida sumamente discreta.
Tras el nacimiento de Fidel Ángel Castro Díaz-Balart (1949), fruto de su matrimonio fallido con Mirta Díaz-Balart, y después del reconocimiento de paternidad a Alina Fernández Revuelta (1956), también producto de una relación fugaz con Natalia Revuelta, la estirpe de Fidel se perdió en la bruma. Se comenta que tuvo otra hija, a la cual no reconoció, y un varón en 1956 llamado Jorge Ángel Castro Laborde, pero ninguno ha aparecido, a diferencia de los retoños de su larga relación con Dalia Soto del Valle, que debió esperar más de cuatro décadas para que comenzara a vérsele discretamente a su lado. Con ella, una muchachita que conoció en el año 1961 cuando apenas tenía 17 años, estableció una relación secreta que sólo conocían unos pocos, hasta la muerte de Celia Sánchez Manduley, quien fuera su compañera sentimental y de luchas desde la Sierra Maestra, en 1979.
Durante muchos años, ninguno de sus hijos tuvo relevancia pública, excepto el primogénito, Fidelito, que fue secretario ejecutivo de la Comisión de Energía Nuclear desde 1980 hasta 1992 y que después ha continuado en diversos cargos relacionados con la investigación científica. El otro vástago que adquirió cierta notoriedad fue precisamente el padre del joven aspirante a modelo de Chanel, Antonio Castro Soto del Valle, médico de la Selección Nacional de Béisbol, aunque en los medios deportivos se decía que más bien era el mensajero de Fidel, otro gran fanático de la pelota, cuando éste quería hacerle llegar su descontento a un entrenador en pleno juego.
Pese a que Tony y su medio hermano Fidelito han ocupado cargos públicos, todos ellos debieron esperar durante muchos años para salir a la luz pública. La propia Dalia sólo comenzó a aparecer en los últimos años de Fidel como presidente. En cambio, ahora, con la oleada de cambios impulsada por Raúl Castro, la familia de ambos hermanos empieza a salir a la palestra pública. No es de extrañar entonces que uno de sus nietos, Tonito Castro, haya heredado de su padre los deseos de notoriedad. El modelo es fruto del matrimonio de Antonio con Liset Ulloa, de quien está divorciado. Se dice que ella vive en España con su segundo esposo, un empresario español.
El muchacho, a pesar de haberse quedado en Cuba con el padre, ha tenido una juventud más relajada y se ha subido al carro de las redes sociales, especialmente de Facebook, publicando en su página personal fotos de sus vacaciones en París y otras instantáneas apenas a unos metros de Obama y de Raúl Castro, cuando éstos presenciaron el juego de los Tampa Bay Rays en La Habana. Se comenta, porque aún ahora es difícil confirmarlo, que estudia en el Instituto Superior de Arte (ISA) o que, al menos, tiene muy buenas relaciones allí. También que le encanta el mundo del modelaje, en el que ya tiene cierta experiencia, tras haber posado para el fotógrafo Brian Canelles. En las imágenes de Canelles, Tonito aparece solo o junto al modelo Miguel Leyva, también estudiante del ISA y que lleva un blog sobre moda desde Cuba, y que además desmintió el supuesto protagonismo de su amigo en la pasarela de Chanel.
Con apenas 19 años, que lo hayan elegido aunque sea como figurante y acomodador en el amplio «casting» que hizo Chanel en Cuba ya es algo. A lo mejor, la notoriedad que ha ganado con la repercusión que tuvo el falso rumor de que desfilaría en el Prado habanero le ayude de cierta forma a impulsar su carrera de modelo, y quién sabe si como actor. Pero también puede suceder todo lo contrario, y que su tío abuelo Raúl Castro lo llame a capítulo y le pida ser más discreto, como ya ha tenido que hacer en varias ocasiones con el padre. A fin de cuentas, por seguridad y por política, a la familia Castro nunca le ha gustado llamar la atención, salvo cuando le asignan un papel muy bien estudiado a alguno de sus miembros. Así ha sido con los hijos y ahora, poco a poco, comienza a suceder con los nietos, como es el caso de Raúl Guillermo, favorito de Raúl y que se ha convertido en su escolta personal. Quizá con Tonito sea diferente. En los nuevos tiempos mediáticos que corren en Cuba, a lo mejor le asignan el papel de mostrar la cara «bonita» de la familia Castro.
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