Arqueología

«Little foot», el contemporáneo de «Lucy»

Un grupo de investigadores data su edad en 3,6 millones de años, situándolo como otra clave en la evolución humana

El arqueólogo Ron Clarcke. Es el investigador que encontró a «Little Foot» en la cueva de Sterkfontein, a 40 kilómetros de Johanesburgo, Suráfrica
El arqueólogo Ron Clarcke. Es el investigador que encontró a «Little Foot» en la cueva de Sterkfontein, a 40 kilómetros de Johanesburgo, Suráfricalarazon

Un grupo de investigadores data su edad en 3,6 millones de años, situándolo como otra clave en la evolución humana

La revista «Nature» publicaba, ayer miércoles, los resultados de un estudio acerca de la edad de «Little Foot», una pequeña homínida encontrada en Suráfrica a mediados de la década de los 90. El estudio, llevado a cabo por un grupo de investigadores de Sudáfrica, Estados Unidos, Francia y Canadá, ha desvelado que el «Australopithecus prometheus» o, como también es conocido, «Little Foot», podría tener una edad de 3,67 millones de años, con un margen de error de unos 160.000 años, lo que podría convertir sus restos en los del antecesor del ser humano más antiguos que se hayan encontrado. Hasta ahora, este puesto lo ocupaba «Lucy», una Australopithecus encontrada en la actual Etiopía y datada en una edad similar a la que ahora se le atribuye a «Little Foot». Desde su descubrimiento, los especialistas habían hecho dataciones muy diversas, que la situaban en un rango que iba desde poco más de dos millones de años, hasta las más optimistas, que calculaban que los huesos de «Little Foot» podían tener más de cuatro millones de años. Para datar los restos, Darryl Granger, de la Universidad de Purdue, Indiana, y sus colegas, han calculado la fecha midiendo los niveles de isótopos radiogénicos de aluminio y berilio en el cuarzo que rodeaba al esqueleto cuando fue encontrado. Estos isótopos se utilizan en el estudio de rocas y minerales y actúan como relojes para conocer el tiempo al que se remontan.

Si se concluye que no es «Lucy» sino «Little Foot» el homínido encontrado más antiguo, la humanidad no sólo tendría un ancestro distinto, sino que Suráfrica pasaría a ser la cuna de la humanidad. La edad de «Little Foot» ha sido duramente debatida durante varias décadas, y lo que parece que ha quedado demostrado es que, al menos, «Lucy» y ella eran coetáneas, ya que sitúa en el mismo tiempo al Australopithecus prometeus y al Australopithecus afarensis, especies a las que pertenecían.

Sin embargo, hay algunas preguntas todavía sin respuesta para aceptar a «Little Foot» como predecesora indiscutible de la evolución humana. La homínida se precipitó a una cueva de unos 20 metros de altura, lo que le causó la muerte. La gruta, situada en lo que a día de hoy es Sterkfontein, en Suráfrica, ha cambiado bastante de morfología durante este tiempo. El terreno se ha removido no sólo por el paso de los años y los procesos de sedimentación y erosión que se podría esperar, sino también por el paso de los mineros y el uso de la dinamita para abrirse paso por la gruta en la que esperaba nuestra aparente antecesora a ser descubierta en 1994 por el arqueólogo Ron Clarcke y su equipo. A díade hoy, las excavaciones en la cueva continúan, intentando arrojar algo de luz sobre la edad de los huesos.

Los científicos concluyen que dadas las grandes diferencias morfológicas entre los dos Austarlopithecus, «Lucy» y «Little Foot», este hallazgo plantea nuevas preguntas sobre la diversidad, la distribución geográfica y las relaciones entre las especies de homínidos en África. Tal vez ninguna de las dos especies sea nuestra antecesora directa. Lo que está claro es que, sea como sea, la evolución sigue resultando un gran enigma que deja claro que la respuesta del «¿a dónde vamos? no es la única que nos falta.

El precedente

El primer homínido bípedo con más de dos millones de años

Lucy fue encontrada en Etiopía, en la región de Afar en noviembre de 1974 por el paleontólogo Donald Johanson. Los sedimentos del área en que se encontró Lucy databan de 3,2 millones de años atrás, lo que marcó un hito en lo que a antigüedad de restos de homínidos se refiere. Pese a su larga estancia enterrado, se conservó más del 40% del sistema óseo. El hallazgo se ganó el nombre artístico de casualidad. La noche del descubrimiento, los investigadores escucharon música, y una canción en particular, «Lucy in the Sky with Diamonds», de los Beatles, fue la pieza de la que tomaron su nombre los restos óseos. Perteneciente a la especie «Australopithecus afarensis», sus huesos de cara y cabeza se asemejaban más a los de un simio que a los de otro Australopithecus, lo que daba lugar a cerebro pequeño y una mandíbula fuerte.La especie era bípeda, sin embargo era muy distinta a nosotros en bastantes aspectos como que sus piernas eran proporcionalmente más largas en comparación con los brazos.