Sevilla
La cúpula de Abengoa duplicó sus sueldos en plena crisis
El ex presidente Benjumea y otros quince consejeros se repartieron 15,8 millones en 2014 mientras la multinacional se iba a pique
El ex presidente Benjumea y otros quince consejeros se repartieron 15,8 millones en 2014 mientras la multinacional se iba a pique
Sueldos y dietas infladas para los consejeros mientras la mayor multinacional andaluza, Abengoa, avanzaba hacia el precipicio del preconcurso de acreedores, declarado el 25 de noviembre pasado. Desde ese momento, todo ha girado en torno a una negociación exprés con acreedores –entidades financieras principalmente– para negociar un plan industrial de viabilidad que está previsto presentar en los próximos días y en el que intervienen el grupo G7 de bancos acreedores o la consultora KPMG. De él dependen los más de cuatro mil empleados de la sede de Palmas Altas en Sevilla y otros veinte mil en todo el mundo. CC OO baraja que una de las primeras medidas consista en cancelar los contratos temporales y con ellos proyectos inviables. De hecho, según confirman trabajadores esto ya está ocurriendo y se habrían cancelado cientos de contratos –todos los de menos de seis meses y los ligados a obras y servicios–.
Felipe Benjumea, como presidente, y Manuel Sánchez Ortega, como consejero delegado, tenían fijado un sueldo de un millón de euros. Sumando dietas y la retribución variable a corto plazo ambos llegaron a cobrar al cierre de 2014 un total de 4,48 millones de euros. Una cantidad que supone más de lo que percibía el consejo de administración de la firma sevillana al completo solo unos años antes, en 2009, en plena crisis económica y que alcanzó los 8,7 millones. Ninguno de los dos figura ya en la empresa con cargos ejecutivos, aunque el primero continúa siendo propietario y asesor. En esa fecha, el sueldo de Benjumea –con una fianza judicial civil fijada de 11,5 millones por posible administración desleal, cantidad que percibió por su cese– era de 3,49 millones, por lo que durante los peores años de la compañía su retribución se incrementó un millón de euros. Las cifras están recogidas en los diversos informes anuales presentados por Abengoa y revelan los elevados emolumentos que se repartían los consejeros, la mayoría por encima de los 150.000 euros.
Por detrás de los dos primeros, se situaba la empresa Aplidig, representada por José B. Terceiro, quien percibió 3,09 millones de euros en 2014. Javier Benjumea, hermano del ex presidente, se embolsó 2,1 millones, de los que 1,3 correspondían a la retribución variable a corto plazo. El resto de consejeros cobraba exclusivamente por dietas y por asistencia a comisiones del consejo, con pagos que oscilaron entre los 300.000 y los 78.000 euros al año. En total, el consejo de administración se repartió 15,8 millones. Durante ese año, la memoria refleja que se celebraron 18 reuniones del consejo, asistiendo a todas ellas el presidente y a 16 los consejeros al completo.
«No está bien que paguen justos por pecadores», exhortaba el ex presidente de Abengoa en un escrito publicado en marzo de 2012. En él se refería a que el déficit tarifario de las eléctricas recayese también en las empresas de energías renovables, pero la frase bien podría aplicarse a los miles de trabajadores y proveedores dependientes del gigante sevillano. Mientras él abandonó el cargo percibiendo una compensación de 11,4 millones –Sánchez Ortega cobró el sueldo de un año al marcharse poco antes–, los empleados desconfían de cobrar la nómina de este mes. El gasto mensual en este aspecto ronda los 70 millones. «La mitad estamos sin carga de trabajo por los proyectos cancelados. La empresa se acostumbró a construir con oro, sin mirar el euro, y las plantas se amortizaban muy pronto con las ayudas», lamenta un empleado, que asegura que «esto se veía venir pero no queríamos creerlo. Veinte mil millones de deuda no salen de la nada».
Abengoa presumía dentro y fuera de Andalucía de ser líder en su sector. En su balance de los nueve primeros meses de 2015, presentó un beneficio de cien millones. Pero lo cierto es que su andadura en los últimos años está estrechamente ligada a la percepción de subvenciones, así como a la consecución de contratos públicos. En el ejercicio 2014 –el último del que ha publicado la memoria–, las cuentas reflejan que la compañía recibió 146 millones en subvenciones. El año anterior, las ayudas públicas ascendieron a 374 millones. En préstamos subvencionados –con un interés por debajo del mercado–, recibió 6,7 millones y mantenía una deuda con organismos públicos de 37 millones. La Junta de Andalucía siempre ha respaldado económicamente cualquier movimiento de Abengoa, llegando a concederle 23,4 millones en ayudas, según reconoció el consejero de Empleo, Empresa y Comercio en diciembre. De ellas, 15,1 millones se han abonado y 2,4 se cancelaron o perdieron el derecho a cobro. El Gobierno central también ha beneficiado a la multinacional con cuantiosas ayudas, como los 11 millones que le correspondieron dentro de las concedidas al Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) en 2012, además de las bonificaciones a renovables.
La participación de Abengoa en sociedades mercantiles en Andalucía se extiende a 289 empresas que emplean a 7.369 personas y alcanza a 887 tanto en España, como en el extranjero. La patronal sevillana estima que el PIB puede caer entre un 3 y un 6 por ciento por la crisis de la compañía.
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