Política

Crisis en el Gobierno andaluz

Tregua en la investidura de Díaz hasta que pasen las elecciones municipales

La presidenta en funciones de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ayer, en Huelva
La presidenta en funciones de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ayer, en Huelvalarazon

El PSOE no convoca a nuevas reuniones al resto de partidos andaluces. La presidenta en funciones recibirá hoy el tercer «no» en la votación del Parlamento.

Nadie dijo que iba a ser fácil la investidura de Susana Díaz, pero lo cierto es que el camino está siendo mucho más difícil de lo que pensaba la presidenta en funciones en la noche electoral del 22 de marzo, cuando festejaba el mantenimiento de los 47 diputados y el desplome del Partido Popular. La Cámara autonómica aborda hoy la tercera votación que al igual que las dos anteriores está abocada al fracaso. PP, Podemos, Ciudadanos e Izquierda Unida volverán a posicionarse en contra. Si llegar a un acuerdo ya se vislumbraba difícil por la cercanía de las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo, la explosión del caso Aznalcóllar –un juzgado ha detectado irregularidades en la concesión de la mina, uno de los proyectos estrella de Díaz– deja definitivamente las negociaciones en punto muerto. Todo apunta a que hasta después de los comicios municipales no habrá más votaciones. El PSOE ya avisó a Podemos en la reunión del martes de que a partir de hoy se metían de lleno en campaña. Ninguno de los grupos ha sido emplazado a nuevas reuniones.

La votación de hoy nació muerta desde que la convocó de manera unilateral el presidente de la Cámara, el también secretario provincial del PSOE cordobés Juan Pablo Durán. Ciudadanos fue el partido que estuvo más cerca de ceder el paso a Díaz con una abstención, pero las relaciones se quebraron definitivamente la semana pasada. El discurso oficial, el que mantiene el líder regional del partido y el que mantuvo Albert Rivera hace una semana en Sevilla, es que los negociadores del PSOE incluyeron en el Pacto Anticorrupción una «cláusula Chaves» para evitar que el ex presidente andaluz tuviera que dimitir. Lo que le ocurre también a Ciudadanos es que teme dar un paso en falso antes de las elecciones municipales y autonómicas. El 22 de marzo cosechó buenos resultados en todas las capitales andaluzas y en los núcleos urbanos, donde puede ser llave de gobierno. Candidatos de C’s no han ocultado su malestar por tener que enfrentarse a un proceso electoral cargando en la mochila el apoyo a Susana Díaz.

Tras la reunión de poco más de media hora que mantuvieron ayer las delegaciones de PSOE y C’s, el vicesecretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, señaló que al no haber ninguna novedad –el PSOE ya ha dejado claro que no firmarán ningún pacto anticorrupción antes de la investidura– el voto volverá a ser negativo.

La reunión con Podemos se adelantó al martes. Se prolongó hasta entrada la noche. El resultado fue igualmente insatisfactorio porque el PSOE no atiende algunas de las peticiones irrenunciables de la formación de Pablo Iglesias, como la reducción de 23 millones de euros en altos cargos o eliminar las cuentas con bancos que no cumplen los estándares internacionales en derechos humanos relativos a desahucios. El secretario de Organización de Podemos, Sergio Pascual, abandonó el Parlamento asegurando que el encuentro había sido un «sainete».

Una opinión parecida tenía ayer IU tras la reunión, que la tachó de un mero «teatro». Izquierda Unida difícilmente cambie el «no» en las negociaciones de investidura. No olvidan la jugada de la pasada legislatura. Díaz rompió el pacto de gobierno y convocó elecciones dejando en el cajón todas las medidas estrella de la formación izquierdista. Algunas de ellas, como la Ley de Renta Básica, la rescató de hecho Díaz en su reciente discurso de investidura.

La reunión prevista ayer por la tarde con el Partido Popular ni siquiera se produjo. El presidente del PP-A, Juanma Moreno, dio órdenes al portavoz parlamentario de esta formación para que la delegación popular no asistiera al encuentro. Ponen como condición para seguir las negociaciones que Díaz explique en profundidad las presuntas irregularidades en la adjudicación de la mina de Aznalcóllar.

El PSOE trata de aprovechar a su favor la cuestión de investidura al recurrir a un discurso victimista basado en los presuntos riesgos de paralización de la administración; y a la alineación de las otras cuatro fuerzas del arco parlamentario dentro del «bloque del no». Es una estrategia parecida a la que usó el ex presidente Manuel Chaves en 1994 cuando también se quedó sin mayoría absoluta. Con Chaves, a la tercera fue la vencida. Díaz recibirá hoy el tercer portazo.