Lección de Silván a Puigdemont sobre la sede de la Cuna del Parlamentarismo

El alcalde recuerda al presidente catalán que la Unesco reconoció que León celebró el primer parlamento.

El alcalde de León, Antonio Silván, dio una lección de historia al presidente de la Generalidad de Cataluña, Carles Puigdemont. En una carta le recuerda que la capital leonesa es la Cuna del Parlamentarismo, reconocido por la Unesco en 2013, y no Cataluña como erróneamente el dirigente catalán aseguró en una conferencia pronunciada el 27 de marzo en el Centro de Estudios Europeos de la Universidad de Harvard.

En esta misiva, el regidor traslada a Puigdemont «la realidad histórica, rigurosa y avalada por juristas e historiadores» que traslada el reconocimiento universal de León como Cuna del Parlamentarismo a través de los Decreta del año 1188. «El origen del Parlamentarismo, rigurosa y objetivamente, se encuentra en León y, por ello, ha merecido la distinción y el reconocimiento otorgado por la Unesco», añade.

Asimismo, informa al presidente de Cataluña de que el corpus documental de los «Decreta» de León de 1188 contiene la referencia al sistema parlamentario europeo más antiguo que se conoce hasta el presente.

Silván señala en la carta que «estos documentos, cuyo origen se remonta a la España medieval, fueron redactados en el marco de la celebración de una curia regia, en el reinado de Alfonso IX de León (1188-1230)».

También subraya que estos papeles reflejan un modelo de Gobierno y de Administración original en el marco de las instituciones españolas medievales, en las que la plebe participa por primera vez y toma decisiones del más alto nivel, junto con el Rey, la Iglesia y la Nobleza, a través representantes de pueblos y ciudades.

El alcalde leonés también aprovecha la carta para invitarle a visitar la ciudad para conocer «in situ esta realidad de la que los leoneses estamos profundamente orgullosos». Además, se compromete «personalmente» a mostrar al presidente de la Generalidad «los lugares y hechos que ocurrieron en aquel año de 1188».

Silván incide en la necesidad de aprovechar esa responsabilidad pública «para respetar y no menoscabar, para construir y no para separar», algo que atribuye a una obligación «legal, moral y ciudadana». Por último anima a Puigdemont a «sentirse orgulloso de los muchos y estrechos lazos que nos unen como parte de una misma nación».