Valladolid
Salinero recupera al inspector Nereida «para desafiar la corrupción del poder»
Gran acogida de público y crítica a «Qué bello es morir», la última novela del escritor vallisoletano
Una duquesa que aparece muerta, según los que mandan por accidente, y un inspector curtido en mil batallas, solitario, tenaz como él solo y con un alto sentido de la justicia, que no cuenta tampoco con el favor del Cuerpo policial, pero al que no le gusta dejar cabos sueltos ni cerrar casos en falso, al que su olfato no le engaña, y que, tras detectar movimientos extraños, no se cree la versión oficial y empieza a tirar del hilo.
Así podría resumirse, y sin destripar mucho su contenido al futuro lector, «Qué bello es morir», la última novela del escritor vallisoletano Antonio Salinero, donde recupera a su peculiar inspector Emerenciano Nereida, un «quijote» del siglo XXI, un Harry Callaghan que va a contracorriente de todos los dictados, cinco años después de «A vida o muerte» y once de su estreno en «El seudónimo», su ópera prima.
Un libro en el que, con estilo cinematográfico, Salinero aprovecha los enormes recursos que ofrece la clásica novela negra norteamericana o contemporánea española, con Vázquez Montalbán o Eduardo Mendoza como exponentes, para hacer una crítica social de la España de hoy, azotada por la crisis económica y de valores.
Políticos y banqueros corruptos, la Iglesia, las sectas, enfocada en este caso en la Cienciología, los altas esferas y las cloacas del Estado, pero también los bajos fondos de la sociedad están presentes en una trama que arranca en los estertores del Movimiento 15M y ambientada en México, Jordania y Madrid, pero también en la sierra de Gredos abulense y con guiños a Valladolid, algo que siempre hace en sus novelas en su afán por identificarse a la tierra que le vio nacer en 1962. Concretamente, a la época periodística de la Transición en la capital vallisoletana, con referencias a Manu Leguineche o Umbral.
«No dejo títere con cabeza», reconoce el autor a LA RAZÓN, quien se apoya también en un sentido del humor «cáustico y sarcástico» para mostrar a unos personajes «horrorosos y malvados, sacados de las tragedias griegas». «Me encanta -prosigue- que el humor esté presente en mis novelas porque creo que a través de él, además de entretener al lector, que debe ser en mi opinión el objetivo final de cada libro, se puede hacer una mejor crítica social», señala Salinero.
La novela, que salió al mercado hace un par de meses de la mano de la editorial Amarante, está teniendo una gran acogida de crítica y público, y ya se ha lanzado su segunda edición. «Está funcionando bien, sobre todo el boca- oreja, lo que es importante para los escritores que no estamos en el top ten», señala el autor de «Qué bello es morir».
Un título con el que hace también un paralelismo con Frank Capra y su película «Qué bello es vivir», aunque para Salinero sí que existe una forma bella de perder la vida, «si de esta forma -dice- se consigue la gloria póstuma».
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