Mas abandona el Parlament y pasa a cobrar el sueldo de ex president

El líder soberanista percibirá 115.000 euros y se dedicará a fondo a renovar Convergència.

Artur Mas despejó ayer, un solo día después de que Carles Puigdemont tomara posesión como presidente de la Generalitat, una de las incógnitas que planeaban sobre su futuro político: abandona el Parlament. Ayer renunció a su acta de diputado y, en consecuencia, dedicará el grueso de su tarea a Convergència, ya que no tiene en mente dejar la actividad política. El líder soberanista es consciente de que su partido está en horas muy bajas y de que necesita una puesta al día, sea mediante una refundación o sea mediante una renovación.

La pregunta es si la nueva Convergència va a ser verdaderamente nueva porque los dirigentes que tienen más números para ocupar la secretaría general (Jordi Turull y Germà Gordó) son dos hombres muy destacados de la última década en el partido soberanista.

Con toda seguridad, el Govern de Carles Puigdemont reservará algún papel para Mas, probablemente relacionado con la proyección internacional del proceso independentistas. Sin embargo, este papel todavía debe definirse porque el Govern ya tiene a un especialista en el área de exteriores, el ex eurodiputado de ICV Raül Romeva.

Mas disfrutará a partir de ahora del estatuto de los ex presidentes de la Generalitat, que, para comenzar, ofrece un salario superior al de diputado raso. Al renunciar a su condición de parlamentario, ya no hay obstáculo para que pueda percibir una asignación mensual como ex presidente, ya que la ley impide percibir dos nóminas públicas.

A Mas le corresponderá, durante al menos esta legislatura, el 80 por ciento del salario bruto del presidente de la Generalitat, es decir, que ingresará un total de 115.224 euros según las tablas actuales. Una vez cumpla los 65 años –tiene 59– tendrá derecho a una pensión vitalicia del 60 por ciento del salario que perciba el titular de la Generalitat del momento, lo que significan unos 90.000 euros.

Las prerrogativas de un ex presidente de la Generalitat no solo son en forma de retribuciones. Mas también recibirá el tratamiento protocolario de «Molt Honorable», y podrá tener a su disposición diversos recursos humanos y materiales. Podrá designar, por ejemplo, a tres personas a su servicio de su libre elección. Sus atribuciones se completan con un automóvil y chófer, con personal de seguridad y con «una dotación presupuestaria para gastos de oficina, atenciones de carácter social y, en su caso, gastos para el alquiler de inmuebles, en la cuantía que establezca anualmente la ley de presupuestos».

Hasta aquí llegan sus derechos como ex president. Sus obligaciones son redactar una memoria anual de actividades que debe entregar al Parlament para que, a su vez, la publique en el portal de la transparencia.

Dirigentes de Convergència descartan, no obstante, que Mas lleve una vida de ex presidente parecida a la que llevaba Jordi Pujol antes de ser despojado de todas sus atribuciones. Pujol se abrió una oficina en un piso noble de la avenida Diagonal y dedicaba la jornada, según explicó su entorno, a repasar papeles y a preparar artículos y otras obras escritas.

Consideran, más bien, que Mas participará activamente en las decisiones de Convergència Democràtica y no descartan que espere el momento adecuado para regresar a la primera línea con el propósito de volver a ser president.

El ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, consideró que la renuncia de Mas a su escaño en el Parlament «forma parte de la normalidad de la decisión que tomó al renunciar» a la Presidencia de la Generalitat. En declaraciones a Efe , Fernández Díaz opinó que la decisión anunciada por Mas es «lógica», porque, si un presidente dimite, «lo lógico es que deje el acta» de diputado.