Literatura
El padre del «nonsense»
Miquel Àngel Llauger traduce al catalán el clásico «El llibre dels disbarats», de Edward Lear, inventor de un nuevo género poético.
Miquel Àngel Llauger traduce al catalán el clásico «El llibre dels disbarats», de Edward Lear, inventor de un nuevo género poético.
Ann Clarke Skerrett y Jeremiah Lear eran tan buenos padres, que todos los sábados y domingos por las tardes, les gustaba contar niños por casa y por la calle. Hasta que un día en un viaje al Valle, contaron y llegaron a veinte, ¡veinte!, y Jeremiah, llorando, muy caliente, dijo a Ann, «¡Dime que no todos son míos!». «Claro que lo son, no serán de tus tíos», contestó Ann, que fue a abrazar al pequeño Edward Lear, que lloraba solo para irritar a su padre. «Eres el pequeño, pero serás el más grande, y cuando la gente hable, dirá, Dios salve a Edward Lear, el buen padre», y su madre le tiró una zanahoria porque tenía hambre.
En la historia de la literatura inglesa, la figura de Edward Lear es la de un gigante. Padre del llamado «nonsense» e impulsor de los poemas cómicos «limmericks», fue un gran señor poeta que a pesar de no tener la popularidad de Lewis Carroll, su imaginación y universo mágico no le envidian nada al creador de «Alicia en el país de las maravillas».
Traducción compleja
No es fácil traducir estos poemas burlescos de cinco versos y de fácil construcción popular. Miquel Àngel Llauger acaba de intentarlo de nuevo en catalán en «El llibre dels disbarats» (Adesaires) en que se recogen sus grandes poemas, acompañados por sus desternillantes ilustraciones. El problema de la traducción es que, para mantener la hipnótica rima, se complica tanto el lenguaje catalán que a veces se pierde su frescura popular, pero aún así el esfuerzo es grande y lleno de aciertos. Además, como es una versión bilingüe es una opportunidad única para recuperar estos poemas.
Lear nació el 12 de mayo de 1812, siendo el hijo número 20 de una larguisima familia. Con una infancia llena de enfermedades, pronto se centró en los dibujos, a los que acompañó con los poemas y después incluso con música. Quien lea este «El llibre dels disbarats» entrará en un estado de gracia que invita a volar.
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