El PSOE sancionará a los alcaldes del PSC que amparen el referéndum

Sólo actuará si destinan recursos porque no ve «reprochable» que acudan a votar.

La cohesión de la ejecutiva de Pedro Sánchez ha durado exactamente ocho días. A cuenta del referéndum de independencia en Cataluña, la ejecutiva socialista ha desautorizado a uno de sus miembros y ha anunciado sanciones a los alcaldes que incumplan con la legislación.Óscar Puente, el portavoz del PSOE, no se ha mordido la lengua y no ha hablado con medias tintas, ha desautorizado públicamente a Núria Parlón por sus declaraciones en las que abogaba por apelar a la comunidad internacional en caso de que el Gobierno aplicara el artículo 155 –suspensión de la autonomía– en Cataluña. «Es una opinión personal que no representa al PSOE», ha dicho el portavoz socialista, que ha sido muy claro al afirmar que «ningún ayuntamiento gobernado por los socialistas colaborará con la organización del referéndum» de independencia anunciado por el presidente catalán, Carles Puigdemont, manteniendo unidad de criterio, y sin fisuras, con la dirección del PSC que ha enviado un argumentario a los alcaldes y regidores socialistas donde se especifica de forma clara y concisa que el PSC «respetará la legalidad».

No es la primera vez que Núria Parlón levanta ampollas por sus posiciones. Es ahora la secretaria de Cohesión Social en la ejecutiva de Sánchez y en sus primeros pasos ha demostrado que no está cohesionada en la ejecutiva del nuevo secretario general del PSOE. Si bien ahora no defiende el referéndum, la alcaldesa de Santa Coloma defendió en su día el derecho a decidir y durante el periodo de primarias en el PSC abogó por la ruptura con el PSOE. En 2014, no presentó su candidatura a liderar a los socialistas catalanes y en 2016 perdió las primarias frente a Miquel Iceta.

En los últimos días, algunos alcaldes socialistas habían dejado entrever su discrepancia con esta posición. Los más importantes los de Terrassa, Jordi Ballart, y Blanes, Miquel Lupiáñez. Ballart, que siempre se ha caracterizado por su apoyo a Sánchez –llegó a fletar autocares para acudir a Madrid el día del luctuoso Comité Federal– gobierna su ciudad con un acuerdo con el PDeCAT. La semana pasada dijo que «no era nadie para impedir el voto a los ciudadanos». Ayer Ballart mantuvo un discreto silencio ante la presión de los medios de comunicación por conocer su posición ante el referéndum.

En la misma línea se ha pronunciado el alcalde de Blanes, que ostenta la vara de mando con el apoyo del PDeCAT y de ERC. Lupiáñez dijo ayer en Onda Cero que su ayuntamiento no colaboraría en la consulta ilegal pero que «entiende» que los ciudadanos quieran votar, aunque «sea que no». El alcalde también afirmó en esta entrevista que España y Cataluña tienen un nivel de vida diferente como «Dinamarca y el Magreb», desatando una fuerte polémica en las redes sociales.

Informes legales

Como informó LA RAZÓN el pasado viernes, los alcaldes socialistas solicitarán informes legales a los secretarios como ha realizado ya el consistorio barcelonés, entre otros. El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, también ha hecho hincapié estos días en que los ayuntamientos no pueden realizar ninguna gestión sino son «requeridos por la Junta Electoral» que, evidentemente, no emplazará a ningún consistorio ante una consulta ilegal.

El Ayuntamiento de Castelldefels también gobernado por el PSC en coalición con ERC, Iniciativa y Castelldefels Sí Pot, está en el punto de mira. De momento, no se ha pronunciado sobre cuál será su papel ante un referéndum ilegal. Sí lo ha hecho la regidora de Girona, Silvia Paneque, jefe de filas del PSC que gobierna en coalición con el PDeCAT, en la misma línea que los alcaldes de Blanes y Terrassa, o como el alcalde de Les –Valle de Arán–, Emilio Medan, sustituto de Francisco Boya, secretario de Montaña en la ejecutiva de Pedro Sánchez.

Hasta en un total de siete poblaciones se han producido pronunciamientos similares lo que hace prever una nueva crisis en el socialismo catalán. Miquel Iceta es muy contundente en sus declaraciones porque no quiere que el PSC entre de nuevo en barrena como la que se produjo hace cuatro años, que acabó con escisiones y dejó al partido muy mermado. El pulso sobre el referéndum es una prueba de fuego en la que parece que algunos alcaldes socialistas están dispuestos a quemarse y provocar nuevas tensiones en el socialismo catalán.