Elecciones catalanas

La insólita asimetría de los 20 militantes que dieron el empate

La diputada de la CUP Anna Gabriel, ayer, junto al presidente del grupo parlamentario de JxSí, Jordi Turull
La diputada de la CUP Anna Gabriel, ayer, junto al presidente del grupo parlamentario de JxSí, Jordi Turulllarazon

«Impecable, limpio y transparente». Así definió ayer David Fernández, ex número uno de la CUP, el recuento que tuvo lugar este domingo durante la tercera votación de la asamblea del partido anticapitalista en Sabadell. El asombroso empate a 1.515 entre los partidarios y los contrarios de investir a Artur Mas desató de inmediato las sospechas de un amaño. Ayer, las sospechas se multiplicaron porque matemáticos y expertos en estadística se emplearon a fondo en demostrar que la probabilidad de un empate era remota.

Aunque varios de los militantes y simpatizantes de la CUP expresaron su incredulidad respecto al resultado final, los dirigentes de la CUP aseguran que el escrutinio tiene todas las garantías y que incluso se repitió. Cuesta, sin embargo, creer sin pestañear que la aritmética sea «diabólica», según la explicación ofrecida por el número uno de los antisistema en el Parlament de Cataluña, Antonio Baños.

Lo cierto es que los detractores de Mas mantuvieron una leve ventaja en la primera y en la segunda votación de la asamblea, pero esa diferencia quedó neutralizada en la última y definitiva decisión gracias a un movimiento perfectamente asimétrico de los 20 militantes que optaron por el voto en blanco (14) y por el voto nulo (6) en la segunda de las votaciones.

Para entender el insólito empate es imprescindible repasar la segunda votación. Para empezar, se registraron un total de 3.042 votos. 1.512 sirvieron para expresar el rechazo a investir a Mas, 1.510 fueron dirigidos a avalar al líder de Convergència y otros 20 –los antes mencionados– optaron por el voto en blanco o el voto nulo.

¿Qué ocurrió, a continuación, en la tercera y última votación? No participaron 3.042 militantes, sino 3.030 y se produjo un empate a 1.515 entre partidarios y contrarios a Mas. Es decir: 12 de los 20 que se habían refugiado en el voto blanco y el nulo optaron por inhibirse de la votación decisiva; 3 se decantaron por rechazar al líder de CDC y 5 acabaron engrosando los apoyos a Mas. Un desenlace propio de un guión de serie televisiva.

Opiniones de expertos

Ricardo Galli, programador, ingeniero y doctor en Informática, calculó que la probabilidad de que salga un empate es aproximadamente de 1,44 por ciento. «La probabilidad de que ocurra un empate considerando votos independientes y equiprobables no es tan baja. De hecho, es la más alta de cualquier otro resultado individual», consideró Galli en su página web, ampliando su cálculo.

Con este resultado también coincide el profesor de matemáticas del Instituto Alpajés, de Aranjuez (Madrid), Andrés Díaz, que razona que «es una binominal de n=3030 y p=0.5 y debemos hallar la P (x=1515), con el resultado de 1,45 %».

Por su parte, el catedrático de Matemática Aplicada de la Universidad de Sevilla Mario Bilbao considera que «la probabilidad de que 3.030 votantes de la CUP no empaten es de 3030/3031= 0,99967, un suceso seguro al 99,967 %».

Los políticos, claro, pasaron por alto el cálculo de probabilidades y se limitaron a exponer sus sombras de sospechas en función de su color político o de lo que les dictó su sentido común.