Demografía
Salvar al poblado Cava
Un estudio de la UAB alerta de que el problema de despoblación de 4.200 municipios de España poner en riesgo su superviviencia
Un estudio de la UAB alerta de que el problema de despoblación de 4.200 municipios de España poner en riesgo su superviviencia.
Hace poco que Francesc Carulla abrió Cal Sansa, una casa de turismo rural en Cava, un pueblo con vistas privilegiadas al Cadí donde sólo viven cuatro personas, dos autóctonos y dos forasteros. Cava, que hace dos siglos llegó a tener más de 500 vecinos, da nombre al municipio de 57 habitantes que agrupa a otros pueblos, entre ellos el Querforadat, donde el excéntrico cocinero Fèlix Duran, que sirve lo que le da la gana acompañado de ópera, ha convertido su Cal Mariet en parada obligatoria para los amantes del buen comer. Con sus iniciativas, Francesc y Fèlix dan una oportunidad a Cava, que aparece en la lista de los 4.200 municipios afectados por problemas graves de despoblación, según el estudio que ayer publicó el profesor de Geografía de la Universidad Autonóma de Barcelona, Joaquín Recaño: «La sostenibilidad demográfica de la España vacía».
Aunque Cava aparece en el estudio junto a los municipios de Bausén, que tiene 64 vecinos; y Fugeda (87), ambos en Lleida, o Margalef (97) y Vallfogona de Riucorb (94), en Tarragona, Recaño puntualiza que no corre el riesgo de ver morir a sus vecinos y quedarse vacío. Cataluña cuenta con un puñado de municipios que pierden población, porque sus vecinos envejecen, los jóvenes emigran, sobre todo las mujeres, y la inmigración no llega, pero el turismo rural o las actividades económicas ligadas a las segundas residencias les permiten mantener un mínimo de población para subsistir.
No tienen tanta suerte los 1.840 municipios que Recaño ha identificado como «espacios rurales en riesgo de despoblación irreversible». Como Villarroya, en La Rioja. En las últimas elecciones generales, sus seis vecinos tardaron dos minutos en votar. Un año después, quedan cinco habitantes, dos hermanas gemelas de 32 años y el resto jubilados, los mismos que en Jaramillo Quemado, en Burgos. Ambos han arrebatado a Illán de Vacas, en Toledo, el triste récord de ser el municipio más pequeño de España.
La mayoría de estos pueblos que lentamente mueren están en Castilla-León y Castilla-La Mancha, sobre todo en Guadalajara y Cuenca. También en La Rioja y Aragón, en la provincia de Teruel. «El envejecimiento severo y la emigración femenina, condenan a estos pueblos a la extinción demográfica desde mediados del siglo XX», cuenta Recaño. La inmigración pasó de largo, sólo han captado un 1,85 % de los inmigrantes, que «eran la llave de su supervivencia». «España tiene un reto si quiere salvar a estos pueblos que ocupan el 40 % de la superficie, pero concentran el 3 % dela población», dice el autor.
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