Violencia de género
Agrede a su mujer en plena calle y golpea a un anciano que trató de defenderla
«Si me denuncias cuando salga de aquí te mato», amenazó el detenido, de etnia gitana, a su pareja.
«Si me denuncias cuando salga de aquí te mato», amenazó el detenido, de etnia gitana, a su pareja.
Desgraciadamente no es un caso aislado pero en esta ocasión, el agresor no tuvo el más mínimo reparo y, haciendo gala de la impunidad que él considera que tiene, lo hizo en plena calle. Se trata de un varón de sólo 22 años que comenzó a propinar golpes, empujones e insultos a su mujer en la calle. Eran las 11:30 horas de la mañana del pasado lunes, día de Navidad. La agresión tuvo lugar muy cerca del domicilio del matrimonio, de etnia gitana, en la calle Concha esquina con calle San Pascual de la localidad de Aranjuez. Ella, de 23 años, parecía sumisa y acostumbrada a ese trato por parte de su marido.
El hecho de que el agresor se sintiera con el derecho de pegarla y cometiera la agresión a plena luz del día en al calle fue un arma de doble filo para él porque fue visto por varios testigos. Aunque algunos pasaron de largo, afortunadamente, hubo un hombre que no dejó pasar aquella situación. Tiene 67 años y no dudó en cruzar la calle San Pascual, por donde iba paseando aquella mañana, al ver la terrible escena. Se metió en medio para tratar de separar al agresor de su víctima y que éste cejara en su actitud. En parte lo consiguió. Pero si el agresor, llamado Jesús, dejó de maltratar a esta mujer fue para comenzar a agredir a ese «salvador» que se había entrometido en aquel asunto «de pareja». Éste lo hizo, según explicó posteriormente a la Policía, no por ser una discusión sino cuando ésta «ya había llegado a mayores».
Pero Jesús, lejos de replantearse la situación y entender que cualquier vecino iba a ver mal su agresión, no dudó en emprenderla contra aquel señor y le propinó fuertes golpes y puñetazos en la cara y la cabeza. El anciano, que sufre de problemas de corazón, quedó en estado de shock y comenzó a sangrar de forma abundante.
Hasta ese momento ni se había dado cuenta de que había entrado un tercer hombre en escena. Se trata de otro individuo que, al observar cómo el agresor golpeaba sin piedad al anciano, corrió a separarles para poner a salvo al señor mayor. Fue este segundo «héroe» quien logró que, por fin, Jesús dejase de golpear. Quizás al ver que éste sí podía hacerle frente porque no era alguien en inferioridad de condiciones físicas (como sí lo era en anciano al enfrentarse a un joven de 22 años) no se atrevió a golpearle.
Este hombre se encargó, además, de dar la voz de alarma y enseguida se personaron en el lugar varios agentes de la comisaría de la Policía Nacional de Aranjuez.
Lo primero, como siempre, es atender a las víctimas. Así, estando el presunto agresor ya inmovilizado, los agentes ofrecieron al anciano atención sanitaria. Sin embargo, el anciano insistió en varias ocasiones que ya se encontraba mejor y que prefería ir por sus propios medios al Hospital del Tajo de la localidad porque, al estar delicado de salud, prefería un chequeo integral al tener serios problemas de salud. Los policías también se entrevistaron en el lugar con la víctima. Como ocurre tantas ocasiones –y casi el 100 por cien de las ocasiones cuando se trata de mujeres de etnia gitana– la mujer agredida no quiso denunciar.
Se encontraba, según fuentes policiales, en un avanzado estado de ansiedad y llorando sin parar. Cuando le preguntaron qué había pasado, ella contestó que había discutido con su marido pero al ser preguntada si había sido agredida contestó de forma negativa con la cabeza de forma muy nerviosa, según las mismas fuentes. A pesar de ser informada de los derechos que tiene y los pasos a seguir para ser asistida manifestó que no necesitaba nada, ni asistencia sanitaria, ni quiere ir al ambulatorio ni mucho menos denunciar a su marido. Finalmente, abandonó el lugar con un familiar.
«Le voy a pegar un tiro»
Aunque ella no quisiera denunciar a su marido y agresor, los agentes sí procedieron a su detención. Se encontraba, según fuentes cercanas al caso, muy excitado, fuera de sí, con la camisa desabrochada. Sí reconoció ante los agentes haber discutido con su mujer pero no golpearla.
Admitió haber agredido al hombre mayor que quiso separarles y lo hizo, dijo, «por haberse metido en una discusión de pareja». Cuando vio que le ponían los grilletes Jesús no dudó en amenazar, allí mismo y delante de los propios agentes, a su mujer. «¡Te voy a matar!», le gritó varias veces. «Si eres capaz de denunciarme, cuando salga de aquí, te mato», dijo. También tuvo para el anciano que medió entre la pareja: «Al tío que se ha metido en medio le voy a pegar un tiro con la pistola de mi tío», advirtió. Tras su arresto, será puesto a disposición judicial.
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