La Razón de... Cristina Cifuentes
Cristina Cifuentes: «Gobernar es pactar»
«Los corruptos, que vayan a la cárcel sin indulto y que devuelvan el dinero». Critica el cordón sanitario del PSOE y asegura que llegará a acuerdos, que es el exponente «del espíritu liberal». Afirma que las propuestas de Aguirre sobre «los sin techo» y las manifestaciones «no son fáciles de llevar a cabo»
Critica el cordón sanitario del PSOE y asegura que llegará a acuerdos, que es el exponente «del espíritu liberal». Afirma que las propuestas de Aguirre sobre «los sin techo» y las manifestaciones «no son fáciles de llevar a cabo»
A falta de tan sólo cuatro semanas para las elecciones autonómicas, la candidata del Partido Popular a la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, eligió ayer la sede de LA RAZÓN para desgranar las líneas maestras de su programa electoral y de su proyecto para la región en el caso de que los madrileños le otorguen su confianza. Madrid es una comunidad autónoma que, como dejó claro en su intervención, conoce bien: «Toda mi vida y mi experiencia pública la he desarrollado en Madrid. Aquí nací, estudié, oposité y me convertí en funcionaria de la Universidad Complutense. Aquí he vivido y han nacido mis hijos. Soy de Madrid».
Talante abierto
La contienda electoral del 24-M se presenta más ajustada que nunca, y por ello Cifuentes subrayó su intención de querer gobernar «con un talante abierto». En un escenario sin mayorías absolutas a la vista, prometió hablar con todos y escuchar a todos: «Ser presidenta de Madrid implica generosidad y realismo. Presentaré un programa que será sencillo y claro, no eludiré jamás el diálogo y buscaré siempre en lo posible el acuerdo». Un programa electoral que estará impregnado de espíritu liberal. «Considero que lo liberal debe estar en la epidermis de toda política», aseguró antes de dejar claro que ella concibe el liberalismo «como una forma de ser más que como un planteamiento ideológico».
Frente a su predisposición a dialogar con todos, puso como ejemplo al PSOE, un partido «con una amplia experiencia en cerrar puertas»: «Tengo el propósito de escuchar, hablar con todos desde un espíritu constructivo, llegar a acuerdos y no negarle a nadie su parte de razón ni su derecho a disentir». Por todo ello, defendió la política como una vía «para acercar posturas» y no para «despreciar al adversario» ni para sostener «exclusiones ‘‘a priori’’ en la demagogia, el miedo o las ansias de poder». Un espíritu que resumió con una frase de Gustave Le Bon: «Gobernar es pactar, y no siempre pactar es ceder».
Empleo y fiscalidad
Entre sus prioridades si logra convertirse en presidenta de los madrileños, destacó como la primera de todas la lucha contra el paro. Un «problema real» tras el que hay «mucho más que un número en la estadística; hay un nombre y un rostro, una tragedia personal». Por ello, dentro del «decálogo de compromisos» que esbozó reclamó la urgencia de que los parados puedan volver a trabajar para recuperar la ilusión y la estima en sí mismos para lo que impulsará «nuevos yacimientos de empleo vinculados, entre otros campos, a las nuevas tecnologías de la información y del medio ambiente».
En su discurso ante una nutrida representación de la política y la economía madrileña, Cifuentes también defendió su intención de mantener un sistema fiscal que sea entendido «como un principio de solidaridad social y no como una maquinaria de recaudación». En el ámbito económico, reivindicó valores como la «gestión pública desde la subsidiaridad, dando el protagonismo al ciudadano», la austeridad y la eficacia. «Cada euro debe gastarse con celo y cualquier tentación al despilfarro hay que dejarla de lado, por ser una traición a la confianza que los ciudadanos han depositado en sus gestores».
Motor económico
La candidata popular defendió las reformas del Gobierno de la Nación –algunas «incómodas e impopulares» que han provocado «desgaste electoral», reconoció– para comenzar a dejar atrás la crisis económica derivada «del despilfarro del anterior Gobierno» de Zapatero y lamentó que los socialistas no hayan estado a la altura: «En ninguna de las reformas, duras pero necesarias, el Gobierno encontró el apoyo solidario que habría cabido esperar de los grupos parlamentarios». Y ello a pesar de que muchas de estas iniciativas ya habían sido adoptadas en la práctica totalidad de los estados de la Unión Europea. En este contexto, en el que ya se aprecian «claros síntoma de recuperación», Cifuentes destacó que Madrid ha sabido convertirse en «el motor económico de España, aplicando fórmulas que van en el ADN del PP, como la bajada de impuestos, la austeridad y la reactivación económica». Ella prometió mantener esta senda y tratar de afrontar el futuro con «eficacia y acierto» tras el 24 de mayo: «No prometo milagros, pero aseguro trabajo y voluntad política para que Madrid siga al mismo ritmo su camino en beneficio del conjunto de los ciudadanos».
Cero corruptos
Al abordar su visión frente a la corrupción, Cifuentes fue clara: «Estos casos en mi partido me producen estupor, vergüenza y rabia. Estupor porque no los esperaba; vergüenza, porque los han protagonizado personas que en mayor o menor medida conocía; y rabia, porque entiendo que a la política se llega para servir a los demás y no para servirse de ella». Quiso, no obstante, matizar que «un puñado de corruptos no convierte en corrupto a un partido político». Frente a este fenómeno, la política del PP afirmó que tendrá tolerancia cero: «Que quien la haga la pague, que vaya a la cárcel sin posibilidad de indulto, y devuelva el dinero». Desde el ámbito legislativo subrayó la importancia de cercar a los corruptos con leyes, y recordó a este respecto las medidas impulsada en el Congreso en solitario por el PP.
Experiencia e ilusión
Antes de abordar sus recetas concretas para Madrid, Cifuentes quiso detallar cómo concibe ella la política: «No la he entendido nunca sino como un compromiso de servicio público. Gobernar es tener la oportunidad impagable de transformar la realidad para conseguir que nuestros ciudadanos vivan mejor, tengan más oportunidades de trabajo y de ocio, mejores servicios y más igualdad». Para lograr la meta de convertirse en presidenta autonómica –«la labor más ilusionante de mi vida», confesó–, se ha propuesto «contar con un equipo de personas trabajadoras, honestas e implicadas», que aúnan «experiencia, capacidad política y de gestión e ilusión».
Decálogo de promesas
«Me comprometo a considerar el programa electoral como un contrato de obligado cumplimiento». Éste es el primero de los diez puntos del «decálogo de compromisos» que detalló ayer Cifuentes y que vertebrarán su programa electoral. Este contrato, adelantó, será «realista, sin margen para la demagogia, con anuncios que se puedan cumplir y sin brindis al sol». Si no se cumple, añadió, se tendrán que asumir «responsabilidades políticas». Al margen de sus medidas contra el paro, también forma parte del decálogo su compromiso de bajar impuestos: «Avanzaremos en un sistema fiscal justo y progresivo que permita dejar más dinero en el bolsillo de las familias, las pymes y los comerciantes». Junto a ello, reiteró su total defensa de la sanidad y la educación públicas. En materia sanitaria, asumirá como propio el modelo heredado de los gobiernos de Aguirre y de González «sin nuevas externalizaciones ni privatizaciones». En lo que concierne al sistema educativo, Cifuentes seguirá apostando por el bilingüismo y la libertad de elección entre centros públicos y concertados. Dentro también de su programa social, pondrá en marcha «medidas específicas de apoyo y protección a la familia», complementando así las ya aprobadas por el Gobierno de Mariano Rajoy, ya que a su juicio «la familia es el pilar de la sociedad y precisa de una consideración singular en la iniciativa de las administraciones». También se comprometerá en estas elecciones a llevar la transparencia a la gestión diaria de la Comunidad. «Los techos y los muros serán de cristal», subrayó, para llevar a cabo «una gestión eficaz, honesta, austera y transparente, eliminando duplicidades innecesarias». Y además de transparente, Cifuentes aseguró que intentará que la administración madrileña sea participativa, «receptiva a las opiniones y propuestas de los ciudadanos». Asimismo, incidió en algo que ya ha reiterado en estas primeras semanas de precampaña: la igualdad entre los madrileños en cuanto a «equipamientos y servicios públicos», independientemente de si viven «en el campo o en las ciudades, en el norte o en el sur». En el último punto de su decálogo, Cifuentes se comprometió a ser «una presidenta cercana, que escuche a todos», que gobierne con «lealtad institucional y en diálogo permanente con todos y también con los ciudadanos».
El cambio político de Cifuentes
- El programa electoral será un contrato: «Si no se cumple, se asumirán responsabilidades».
- Una presidenta cercana: «Gobernaré con lealtad institucional, desde un diálogo permanente con los partidos y los ciudadanos».
- Compromiso con la Sanidad pública: será universal, gratuita y de calidad. No habrá nuevas externalizaciones.
- Techos y muros de cristal: gestión eficaz, honesta y austera en la que se eliminarán las duplicidades.
- Apoyo a la familia: medidas específicas de apoyo a este pilar social.
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