Infraestructuras
La demolición de Chamberí arrancó antes de ser aprobada
Vecinos denuncian que, cinco días antes de que el pleno diera luz verde al plan urbanístico para los talleres del siglo XIX de Raimundo Fernández Villaverde, varios operarios trabajaban para su desaparición.
El pasado 27 de noviembre el Pleno del Ayuntamiento de Madrid daba luz verde a una operación urbanística no exenta de polémica. Aprobaba un Plan Parcial para permitir a una cooperativa de viviendas levantar una urbanización con 355 viviendas de lujo en el número 50 de Raimundo Fernández Villaverde, en pleno barrio de Chamberí. Para la aprobación del citado plan era necesario derribar los edificios que el Ministerio de Defensa, anterior propietario de los terrenos (hace un año vendió el solar a Domo Gestora por 111,5 millones de euros), levantó en los mismos en 1899. Unos cuarteles en los que se ubicó, entre otras instalaciones, el Taller de Precisión de Artillería (TPA), un inmueble de interés cultural que ahora tiene las horas contadas. Y las tenía, según ha podido saber ahora LA RAZÓN, incluso antes de llevarse a cabo el trámite parlamentario. Inicialmente el Pleno en el que se votaría la modificación urbanística estaba previsto para el 25 de noviembre. Un día antes la alcaldesa, Manuela Carmena, retiraba este punto del orden del día de la sesión y convocaba una mesa de trabajo con Defensa, vecinos y cooperativistas. Posponía la decisión a un Pleno extraordinario que finalmente se celebró el viernes 27 y en que la operación salió adelante. Para entonces, según denuncian los vecinos, los trabajos para tirar los talleres llevaban ya cinco días en marcha. Incluso antes de obtener el «ok» municipal, y coincidiendo con una de las últimas acciones de los vecinos para «salvar» el edificio, los operarios comenzaron el día 23 a realizar un agujero en la acera de entre las calles Modesto Lafuente y Maudes, junto a la fachada de la parcela de 14.500 metros cuadrados. «Es muy raro que se haga una nueva acometida de electricidad para un edificio que no tiene uso. Yo me acerqué a preguntar y me dijeron los obreros que era para las obras de derribo», explica Arturo Valdés, miembro de la plataforma «Salvemos el TPA». En concreto, les explicaron que «necesitaban tener suficiente fuerza de electricidad para las máquinas» que emplearán para tirarlos. «Está claro que la obra iba a dar comienzo el día en que estaba prevista la aprobacion del plan, esa semana instalaron el cable y el cuadro de electricidad. Luego la cala empezó el 1 de diciembre. Ya la han cubierto», añade Valdés. Los vecinos querían que el singular edificio, el segundo más antiguo de España construido en hormigón tras la fábrica de harinas de La Ceres de Bilbao, se conserve como escuela infantil para los barrios de Chamberí y Tetuán. Por eso, sólo tres días antes de la aprobación del plan urbanístico las asociaciones «Madrid Ciudadanía y Patrimonio», «Vecinos Parque Sí en Chamberí» y «Ecologistas en Acción Madrid» registraron en la oficina de atención al ciudadano una petición dirigida al conceja de Urbanismo de Carmena en la que pedían a José Manuel Calvo la inclusión de los antiguos talleres dentro del catálogo de edificios con nivel de protección integral. También su jardín histórico y su arbolado centenario, para los que solicitaron su inclusión en el catálogo de parques y jardines de interés con nivel de protección 2 y en el de árboles singulares de Madrid. «Realizamos esta solicitud en base a los valores históricos, arquitectónicos, naturales, urbanos y sociales de este conjunto, que no ha sido convenientemente estudiado ni valorado por las administraciones competentes», concluyeron los afectados la citada petición.
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