Madrid
Wanda abandona Madrid por las trabas de Carmena
El grupo chino renuncia a reformar el Edificio España, tras la negativa de Ahora Madrid al desmontaje de la fachada.
Tras meses de conflicto con el Gobierno de Carmena, el grupo Wanda confirmó ayer su renuncia al proyecto de reforma del Edificio España. El rascacielos, por el que el Wang Jianlin pagó 256 millones en 2014, no se transformará en el complejo con hotel, viviendas de lujo y área comercial con el que el magnate había soñado. El veto de Carmena a poder desmontar la fachada han dinamitado el acuerdo, tal y como adelantó «OkDiario». Wanda Madrid Development cerrará su oficina en la capital y venderá el inmueble.
Esta decisión llega dos meses después de que Carmena asegurase que los trabajos iban a comenzar de forma inminente: «Van a empezar las obras en días, en diciembre quieren estar ya trabajando». Se felicitaba la alcaldesa de su éxito negociador: «Hemos hecho una negociación fantástica, de la que nos sentimos muy orgullosos». Esa «negociación fantástica» a la que se refería Carmena queda ahora en entredicho. El hombre que ha pilotado el proceso, el concejal de Podemos José Manuel Calvo, defendió ayer el trabajo del consistorio: «Autorizar una demolición del edificio podría suponer encontrar un solar vacío en el centro de Madrid porque ese edificio nunca se volvería a levantar ante una retirada del grupo». En estos meses, Ahora Madrid reiteró la prohibición de desmontar la fachada para poder rehabilitar el interior. Y es este punto el que ha provocado la retirada de Wanda. Desde el grupo chino siempre se ha contemplado el desmontaje como la opción más segura.
Cuarenta expertos –Valladares Ingeniería, Arup, Foster Partners, Estudio Lamela, Rafael Anduiza y Antonio Ros, entre ellos– respaldaron este criterio técnico. Sus informes precisaban que el desmontaje por partes y controlado para la posterior reconstrucción idéntica de la fachada era una solución que además estaba dentro de la legalidad. La ficha de condiciones urbanísticas del Edificio España, según Wanda, abría la posibilidad del desmontaje. La empresa china también advirtió en sus alegaciones que el artículo 4.3.9.7.c de las Normas Urbanísticas del Plan General de Ordenación Urbana abre la puerta a esta vía al afirmar que «cuando en algún edificio con protección en los grados volumétricos o parcial no sea técnicamente posible la ejecución de las obras permitidas manteniendo un elemento catalogado, se podrá solicitar un desmontaje y posterior reconstrucción con los mismos materiales, forma y dimensiones que tenía en origen». Estas alegaciones fueron rechazadas por la Comisión Local de Patrimonio Histórico, presidida por la directora general de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, Paloma Sobrini –y de la que también forman parte el Ayuntamiento y el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid– en su reunión del pasado mes de octubre al sostener que este artículo sólo puede aplicarse de forma excepcional. El edil de Urbanismo de Carmena encargó dos informes –de cuyo coste aún no ha informado– a los arquitectos Hugo Corres y Ricardo Aroca que también señalaron que había opciones alternativas al desmontaje.
Tras conocerse la decisión del grupo asiático, la alcaldesa reaccionó a través de Twitter: «Las inversiones son tan importantes como el patrimonio». La portavoz del PP, Esperanza Aguirre, reclamó ayer al consistorio que permita la reconstrucción de cero del edificio por que es «gravísimo» perder esta inversión.
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