España
Los criterios de evaluación de la financiación alternativa
La selección correcta del CNAE es fundamental, según Bravo Capital
Somos parte de un entorno muy competitivo que nos hace estar constantemente reinventándonos. Lo cierto es que nos falta hasta tiempo para mirar hacia otro lado y respirar algunas veces. Deberíamos reinventar también nuestras fuentes de financiación porque sus criterios distintos a la banca tradicional nos dan un margen de maniobra importante en todas las fases del negocio de una empresa.
Hace poco vi un anuncio donde personas observan por la ventana a una pareja en el sofá del salón de su casa. Enfadado el hombre – observado– se levanta con ímpetu de quejarse, pero su pareja le tranquiliza diciendo que son simplemente personas de marketing recolectando información para ajustar mejor sus campañas a nuestro perfil de consumo. Parecería una invasión de privacidad de una película, ¿verdad? Para la empresa, la banca la evalúa constantemente. En esta serie de tres artículos, os invito a pensar cómo nos ve la banca y comparar sus criterios con los criterios de empresas de financiación alternativa. Hay partes similares y otras muy distintas en los criterios que usa la banca y empresas de financiación alternativa. Tanto Bravo Capital como la banca, analizan la calidad crediticia de la empresa para separar empresas que devolverán el principal prestado más los intereses de las que no. Muchas tienen algoritmos divididos en una parte de análisis cualitativo siguiendo un guión y una entrevista con el director financiero de la empresa, el peso mayor de la decisión está en las «manos» de los algoritmos cuantitativos que dependen principalmente de combinación de ratios de las cuentas anuales. La diferencia principal entre estos métodos está en su objetivo. El objetivo de la banca es maximizar una fórmula compleja llamada «Return On Risk-Adjusted Capital» (RORAC) que, de manera muy resumida , significa que en una empresa en mala situación momentánea y otra con problema para financiar el incremento del capital circulante para conseguir una expansión relevante encontrarían una denegación casi que segura por parte de la banca, ya que éstas son situaciones típicas donde el capital que la banca tiene que descontar de la operación debido a la mala situación actual de la empresa puede superar los potenciales intereses cobrados. Empresas de financiación alternativa pueden ver la situación desde un panorama más amplio, calculando, por ejemplo, la situación de la empresa en la nueva realidad después de la aportación del nuevo capital, porque no están obligadas a descontar ningún capital por temas regulatorios, ya que arriesgan el dinero de sus accionistas cuando prestan.
El peso mayor dado a la parte cualitativa de los métodos de calificación crediticia puede llevar a una empresa desprevenida concluir que poco se puede hacer por que las cuentas anuales son las que son y eso suele estar equivocado en el 99% de los casos. Sin embargo, crear sistemas de «rating» o de medición de la calidad crediticia es un trabajo casi de artista, como son pocas las empresas que hacen concurso, menos de 6.000 empresas de un universo de más o menos 2,9 millones en España en 2014, cada banco tiene que crear sus métodos creativos para separar «el trigo de la paja».
De forma general, la herramienta más importante para construir esos métodos es la comparativa sectorial. Se puede observar, por ejemplo, el ratio de endeudamiento de la empresa en comparación con su sector. Sea cual sea el ratio utilizado, el sector siempre se deriva del CNAE (Clasificación Nacional para Actividades Económicas) de la empresa, por lo tanto la elección de qué CNAE es clave para pertenecer a un CNAE que te ayude cuando eres pequeño o que tú seas el mejor de ese CNAE cuando ya tengas un tamaño. Recientemente, pude comprobar a través de un estudio que hasta un 23% de las empresas que tienen una nota negativa, es decir, no les darían acceso al crédito, conseguirían el crédito por el simple hecho de tener un CNAE adecuado.
En términos cuantitativos, la elección correcta del CNAE (o del sector) puede significar poder apalancarse dos veces el patrimonio neto o siete veces. Para muchas empresas, éso puede significar la vida o la muerte y para otras poder expandirse por toda España y exterior. Lo que es sorprendente es que las empresas no dedican nada de tiempo a elegir su CNAE durante su constitución. En su gran mayoría delegan a los asesores y gestores fiscales este «puro» tramite porque se necesita para las tramitaciones oficiales diversas en las administraciones públicas, así como en la previa firma para su existencia en la notaría. Este error se vuelve a repetir cuando las empresas crecen y necesitan de CNAEs para diversificar sus operaciones. En este momento, la empresa tiene la oportunidad de finalizar con este problema también eligiendo de manera correcta su CNAE principal.
Lo que es interesante es que la financiación alternativa no sólo mira datos históricos , sino que, además, puede ajustarse a factores a los que las empresas no han dado relevancia, como puede ser el CNAE. Estos factores y otros son los que permiten a Bravo Capital ser más flexible que la financiación bancaria.
Las próximas semanas hablaremos de más similitudes y diferencias entre los criterios alternativos y de la banca tradicional, así como de otros factores que deberíamos dedicar nuestra atención para conseguir una financiación más diversificada y siempre disponible.
*Director de Rating de Bravo Capital
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