Londres
Líderes en turismo «In Vitro»
Concentramos más del 40% del turismo reproductivo. Las extranjeras vienen a someterse a tratamientos que en sus países son más caros o no están permitidos, como la donación de gametos y el anonimato del donante. Italianas, francesas y británicas son las más asiduas
Lluvia de conciertos entre clínicas extranjeras y españolas para someter a las clientas a técnicas de fertilidad. El negocio de las privadas reside en que admiten pacientes con más de 40 años
Ya lo predijo la Sociedad Europea de Embriología y Reproducción Humana (ESHRE, por sus siglas en inglés) en el último informe que publicó sobre fertilidad: España es el destino preferido por los extranjeros para someterse a técnicas de fecundación por medios artificiales. De hecho, según confirmaron, concentramos el 40 por ciento del turismo reproductivo. Y la cifra va en aumento según los expertos. Aunque no existen estudios como tal, «se sabe que existen conciertos entre clínicas extranjeras y españolas para someterse a técnicas de fertilidad», explica Ónica Armijo, ginecóloga del Servicio de Reproducción Humana del Hospital Universitario La Paz de Madrid.
Italianas, francesas, alemanas y también inglesas son las que más viajan a nuestro país y, pese a que muchos estén ahora mismo pensando que el motivo es el precio (que también es un motivo de peso); en realidad es la legislación lo que más les mueve a tener «bebés made in Spain». Allan Pacey, profesor de andrología de la Universidad de Sheffield (Reino Unido), explica a este semanario que «muchas parejas británicas deciden ir a España para someterse a tratamientos de fertilidad porque ya están familiarizados con el país por ir allí de vacaciones. También, porque en este momento la libra al cambio es muy favorable para los viajeros británicos».
En la actualidad, la legislación en España se rige por las normativas europeas que establecen patrones de calidad para la realización de las Técnicas de Reproducción Asistida, y por leyes estatales. «La legislación ha ido actualizándose en nuestro país desde que entrara en vigor la primera ley sobre técnicas de reproducción en el año 1988 hasta la actualización de 2006 para adaptarse a las demandas de la sociedad. Sigue las recomendaciones de la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida. Además, va en línea con lo que dispone la Constitución Europea», sostiene Luis Español, gerente de la clínica Ginefiv.
Más flexible
Así, según un trabajo coordinado por Francois Shenfield, de la Facultad de Medicina Reproductiva del «University College Hospital» (UCLH) de Londres, realizado en seis países europeos, las razones que los participantes expusieron para cruzar fronteras a la hora de tener hijos gracias a la ciencia eran, en primer lugar, las legales, en concreto en Italia (70,6 por ciento), Alemania (80,2 por ciento), Francia (64.5 por ciento), Noruega (71,6 por ciento) y Suecia (56,6 por ciento).
Por su parte, Armijo comenta que entre los criterios que diferencian a España de otros países de la Unión Europea se encuentra la calidad asistencial. «Vienen mujeres francesas, italianas y alemanas para someterse a estos procedimientos por factores como la identidad del donante, ya que en los países anglosajones, por ejemplo, «sí se conoce, mientras que en España se mantiene el anonimato, y eso es algo que buscan las pacientes».
El número de ovocitos generados también influye, puesto que «en países como Italia, hasta hace poco el límite de embriones que se podían generar eran tres, (aunque esto ya ha cambiado) mientras que en España no existe un límite en cuanto al número de ovocitos generados, pero sí de embriones transferidos por ciclo: tres, así que con una sola estimulación puedes congelar muchos embriones», añade la experta.
Por otro lado, «la ley actual permite tratar a parejas con problemas reproductivos y a mujeres en ausencia de varón, además de utilizar estas técnicas para evitar la transmisión de enfermedades hereditarias o infecciosas a la descendencia, sin olvidar que existe cobertura legal para los programas de criopreservación de la fertilidad en pacientes que van a recibir tratamientos que pueden disminuir su capacidad reproductiva, como son los oncológicos por ejemplo», sostienen Inmaculada García Cobaleda, presidenta de la Comisión de andrología y técnicas de reproducción asistida de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC), y José Antonio Castilla Alcalá, médico analista clínico del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada. No obstante, esta misma ley «prohíbe claramente los vientres de alquiler, también llamada maternidad subrogada, la donación de gametos no-anónima y la selección de sexo excepto en los casos de transmisión de enfermedades genéticas ligadas al sexo», aclaran.
Según ambos expertos, muchos ciudadanos europeos «optan por venir a nuestros centros por los buenísimos resultados en cuanto a tasas de recién nacido. Y esto podemos afirmarlo así porque otros países europeos cuentan con leyes tan avanzadas como la española y no son elegidos por las parejas europeas. Por tanto, no sólo es que la española sea una ley que regula de manera clara la reproducción asistida, sino que también existen factores como la excelencia de los centros nacionales en este campo, que hacen a España uno de los países preferidos por parejas estériles de otros países de nuestro entorno».
En definitiva, aunque una parte importante de las pacientes extranjeras vienen a hacer tratamientos que en sus países no están permitidos, principalmente donaciones de gametos (óvulos o espermatozoides), «otra parte importante viene a hacer tratamientos que puede hacer en su país pero busca una mayor calidad y una mayor expectativa de embarazo. España es el primer país de Europa en número de tratamientos a pacientes extranjeras a pesar de que existen otros países en Europa donde estos tratamientos son posibles y son mucho más baratos», argumenta Agustín Ballesteros, director de la Unidad de Medicina Reproductiva de IVI Barcelona. «Bélgica y España lideran la medicina reproductiva en Europa y están a la altura de otros centros de prestigio de Estados Unidos. Y nuestro país ha sido uno de los primeros en regular legalmente estos tratamientos».
Cada vez hay más parejas que se convierten en padres a una edad avanzada. De hecho, la media para tener el primer hijo de forma natural por parte de mujeres españolas «es de 32,1, mientras que en nuestro hospital La Paz, ejemplo de un hospital público, es de 36 años, y en las privadas es de 38», añade Armijo. «La edad media de las mujeres que acuden a clínicas de reproducción asistida ha aumentado y se sitúa en torno a los 37, edad superior a la que se recomienda para planear el primer embarazo, que suele estar entre los 28 y los 32 años», sostiene el gerente de Ginefiv. Y es que a partir de los 37, «la mujer comienza a tener dificultades para lograr la gestación, ya que no sólo disminuye claramente la reserva ovárica sino que los óvulos son de peor calidad».
El precio
En noviembre de 2014 se establecieron los criterios de consenso de acceso a clínicas públicas. Un consenso que hasta entonces no existía. Hoy, por la vía pública no se admiten pacientes mayores de 40 años, mientras que sí se admiten en las clínicas privadas mujeres entre los 40 y 50 años. Ahí es donde se encuentra el negocio de las clínicas privadas. «El motivo es que los resultados a partir de los 40 años descienden de forma importante y por eso se ha establecido esta edad como punto de corte en la Sanidad pública. La gran mayoría de los ciclos por encima de los 42 años es con ovodonación y esta última opción no la ofrecen los Centros Públicos», continúa Armijo.
Sonia ha tenido ya dos hijos por fecundación in vitro (FIV). «El primero lo tuve con 42 años, después de haber sufrido dos abortos. Acudí a un centro privado porque sabía que directamente por mi edad no me admitirían en la Sanidad pública». El primer ciclo costó 5.500 euros e incluía hormonas de ciclo y controles del mismo (ilimitados), punción, laboratorio, cultivo, transferencia y consulta de resultado de prueba de embarazo. En su caso no necesitó más ciclos, pero el segundo le habría costado 5.000 euros más. Dos años después, con 44 años, quiso tener el segundo. «De los tres embriones que obtuvieron, me implantaron dos con el primer ciclo. Como quedé embarazada, el tercero lo criopreservaron durante dos años», comenta. El precio fue de 1.950 euros.
García Cobaleda y Castilla Alcalá sostienen que «el coste del nivel de vida en España es más bajo en comparación con países de nuestro entorno como Francia, Alemania o Italia, por lo que cualquier actividad, sea médica o no, suele ser más barata en nuestro país, y la reproducción asistida no escapa a esta regla general. Lo mismo ocurre, pero al contrario, en otros países donde el coste del nivel de vida es inferior que en España, como Eslovaquia, República Checa o Grecia y, por tanto, los costes de las Técnicas de Reproducción Asistida en estos países son menores que en España». Así, en países como Turquía el precio es aún inferior, ya que ronda en torno a los 2.500 dólares (apenas 2.300 euros).
Por su parte, el director de IVI Barcelona considera que «los precios en España son equiparables a los de los países europeos más desarrollados, y existen muchos países, sin legislación de los tratamientos de fertilidad o con legislaciones mucho más laxas que la nuestra, que tienen precios mucho más baratos que en España como Polonia, Ucrania, República Checa, Grecia, etc.», concluye.
Las técnicas más empleadas
Mientras que las técnicas de inseminación artificial han ido disminuyendo, las de fecundación in vitro han ido en aumento. En la actualidad, las cifras de éxito de la fecundación in vitro rondan un 35 por ciento (aunque esto depende de la causa de la esterilidad y de la edad de la pareja) frente al 10-15 por ciento de la inseminación artificial. También aumentan las ovodonaciones y la vitrificación de óvulos por motivos sociales. Ónica Armijo, ginecóloga del Servicio de Reproducción Humana del Hospital Universitario La Paz de Madrid, explica que «se trata de técnicas que se realizan por vía privada, porque en la pública no se hacen. (En la Comunidad de Madrid sólo se hacen ciclos de ovodonaciones en Alcalá de Henares, en mujeres con menopausia precoz, establecida antes de los 35 años).
Otra técnica en auge es el diagnóstico genético preimplantacional «en el que se hace una biopsia del embrión para saber si es portador de alteraciones cromosómicas. Este procedimiento se realiza en la Sanidad pública sólo bajo criterios muy específicos y justificados».
En cualquier caso, las recomendaciones de los expertos son claras: Se debe plantear la maternidad cuando se es joven, y no pensar que se puede ser madre siempre. Es decir, cuanto antes se tenga claro que quieren tener hijos, que se pongan manos a la obra. Pero no hay que obsesionarse, porque las alteraciones psicológicas influyen», concluye Armijo.
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