Tribunales

El camino más corto hacia el SAS: ¿oposiciones o tribunales?

Los dos médicos eventuales que espolearon las 800 demandas de sanitarios desisten en el Supremo tras cuatro años de litigio con la Junta

Cartel de las últimas oposiciones sanitarias, realizadas en 2007
Cartel de las últimas oposiciones sanitarias, realizadas en 2007larazon

Los dos médicos eventuales que espolearon las 800 demandas de sanitarios desisten en el Supremo tras cuatro años de litigio con la Junta

Rendirse antes de disparar la última bala. Es lo que han hecho los dos médicos del Servicio Andaluz de Salud (SAS) que ganaron las primeras sentencias a la Junta en diciembre pasado. Tras apuntarse un primer «asalto» judicial en Primera Instancia, que les reconocía su condición de personal laboral indefinido del SAS, y perder el segundo en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), finalmente optaron por desistir de los recursos interpuestos en el Tribunal Supremo. Esto hace que de momento el TS no se haya pronunciado respecto a la concatenación de contratos temporales que practica el SAS –en muchos casos se prolongan más de una década–. Concretamente, los dos facultativos del hospital Puerta del Mar de Cádiz llevaban 14 y 8 años trabajando de manera continuada en la sanidad pública. Su abogado, Manuel Martos, cree que el Alto Tribunal «puede resolver en cualquier momento» alguno de los 20 recursos que mantienen a través de Aesas, la asociación de eventuales del SAS, que nació al albur de las dos sentencias favorables.

Las reclamaciones judiciales de asociados de toda Andalucía superan las 800, con resultado dispar: hay juzgados que optan por «darnos la razón; otros se inhiben». Tanto el SAS como los afectados han mostrado siempre su decisión de continuar hasta las últimas consecuencias un proceso que arrancó en noviembre de 2011. Cada litigio cuesta en torno a mil euros, hasta 1.500 llegar al Supremo. Los trabajadores temporales que han optado por la vía judicial habrían gastado unos 800.000 euros para exigir su reconocimiento como personal laboral indefinido, algo que está por dirimir. El SAS se escuda en que esa es la forma de actuación de las administraciones: contratar exclusivamente según sus necesidades. Eso ha llevado a situaciones extremas como renovar contratos día a día, aunque actualmente se están firmando de hasta un año. El abogado de los eventuales denuncia «presiones» de la Administración con quienes logran su propósito: el último ejemplo, relata, una médico embarazada que ganó provisionalmente su juicio. Según Martos, «mientras estaba de baja por embarazo de riesgo, el SAS la llamó para hacerle un contrato al 50% por un mes», algo que chocaría con la legalidad porque mantenía una relación laboral al 75% antes de la baja.

La convocatoria de oposiciones a finales de año ha rebajado también el «furor» judicial. De hecho, Martos lo considera «clave» en la renuncia de sus dos primeros defendidos, que espolearon a principios de año a otros compañeros a denunciar su situación y que ahora puede «perjudicarles». El efecto llamada es innegable pese a la «lotería» que supone optar a una de las 3.282 plazas convocadas, de las que 2.082 corresponden al turno libre y el resto a promoción interna –a razón de 28 euros el «boleto» por el derecho a examen, en el caso de matrones, precio que varía según las 28 categorías ofertadas–. Más de 150.000 aspirantes se han inscrito, lo que arroja una media de 45 opositores por puesto, aunque enfermera, celador y auxiliares administrativos y de enfermería son las que concitan más candidatos. El anuncio extraoficial en la web del SAS –aún no se ha publicado en el Boletín Oficial de la Junta– prevé los exámenes entre el 13 de diciembre y el 14 de febrero.

Las últimas oposiciones fueron hace ocho años; la solución judicial acumula, de momento, cuatro de espera.