El campanario de Santa María estrenará su matraca durante el canto del Viernes Santo

La matraca la Iglesia de Santa María de Gracia sonará esta noche por primera en Semana Santa, después que tras la restauración de la fachada del templo, se haya dotado a su campanario de este antiguo elemento de aviso a la población que sustituye al toque de campanas, durante la vigilia de la resurrección, según la liturgia católica.

Desde que comenzó la Semana Santa el pasado Viernes de Dolores, la apertura de puertas de la iglesia se ha venido anunciando con un volteo de campanas, para que los ciudadanos entonasen la salve cartagenera desde los balcones de sus viviendas, excepto ayer Jueves Santo que ya se sustituyó por un toque de oración o de difuntos.

Hoy Viernes Santo y mañana Sábado de Gloria, el anuncio se realizará por medio de esta matraca o carraca, consistente en una cruz de madera que gira y va siendo golpeada por unos mazos que asemejan el sonido de los clavos de cristo. Se trata de una tradición que se había perdido hace muchos años y que vuelve a recuperarse

A partir de las 20:45 horas el Ayuntamiento de Cartagena, en colaboración con la emisora local Onda Cartagena realizará un programa que podrá seguirse en directo a través de los canales municipales de Yotube y Facebook, y en el 87,5 de FM.

Habrá entrevistas telefónicas a protagonistas de las procesiones del Encuentro y del Santo Entierro, que deberían haber salido la pasada madrugada y esta noche. Sobre las 20:59 está previsto que se inicie el toque de la matraca, que dará paso al tradicional cohete y a la apertura de las puertas de Santa María, al ritmo de un tambor sordo. A continuación se entonará la salve cartagenera, que concluirá con el himno nacional, como en todas la recogidas.

El Ayuntamiento de Cartagena realiza estas retransmisiones de acuerdo con el bando dictado por la alcaldesa, Ana Belén Castejón, para que, aunque se hubieses suspendido las procesiones por la crisis sanitaria del coronavirus, los ciudadanos engalanaran sus balcones y pudieran revivir todas las noches desde sus balcones la tradición más antigua que mantienen los cartageneros con una especial unanimidad.