Discapacitados
Mi perro me ayuda (I)
En España hay unos 20 millones de mascotas, lo que significa que en la mitad de los hogares españoles hay algún animal de compañía. Los que más predominan son los perros, 5,4 millones. Nadie pone en duda que los animales de compañía aumentan la autoestima y disminuyen la ansiedad y la agresividad de las personas con las que conviven. Ahora el mundo de los animales de compañía ha dado un paso más y las mascotas se han convertido en terapeutas rehabilitadores o en asistentes, gracias a las terapias con animales en diferentes colectivos, como personas con discapacidad, niños o adultos, mayores ingresados en residencias geriátricas, presos, o mujeres maltratadas. Estas terapias aportan una serie de beneficios a nivel físico, psíquico o social.
Aunque históricamente los animales han formado parte de programas terapéuticos, la Terapia Asistida con Animales, TAA, es un fenómeno relativamente nuevo en nuestra sociedad. Según la Fundación Affinity, pioneros en España en la implantación de este tipo de programas, de cada vez se consiguen mayores resultados con gente mayor, niños, personas con discapacidad o internos de centros penitenciarios a la vez que las terapias con animales están llegando a nuevos colectivos, como son los usuarios de los Centros de Atención Primaria, las víctimas de maltrato doméstico o los soldados que retornan de países en conflicto.
En general las TAA sirven para apoyar y no para reemplazar a las terapias convencionales, y su futuro pasa por que los gestores de las Administraciones Públicas se conciencien de sus beneficios y apoyen la puesta en marcha de programas de este tipo.
Según un artículo publicado por Irene Elipe López, Máster Neuropsicología Clínica AEPCCC, la terapia asistida con animales (TAA) es una intervención donde participa un animal con unas características específicas en la que es obligatoria la presencia de un profesional que se encargue del animal junto a un equipo de profesionales sanitarios.
Según la doctora, los beneficios físicos van desde el incremento de la actividad física y mejora de las habilidades motoras, hasta la disminución del estrés, la tensión arterial o incluso la frecuencia cardíaca.
En cuanto a los beneficios psicológicos, Irene Elipe señala aumento de la autoestima y de la estabilidad emocional así como estimulación de la memoria, reducción de la ansiedad, la depresión y los comportamientos agresivos.
Los expertos asistentes al octavo congreso de la Fundación Affinity sobre las TAA concluyeron en el área geriátrica que el animal facilita la relación de las personas mayores que están en residencias con sus familiares y se ha constatado un aumento de estas visitas.
En el Centro Penitenciario El Dueso, donde se trabaja desde hace años con perros, la prisión se ha humanizado, ha aumentado la autoestima de los reclusos y ha mejorado la relación de los internos con los funcionarios.
Otra experiencia de TAA en España es la que se realiza en el centro de discapacidad San Juan de Dios de Madrid, donde el perro transmite confianza y “aumenta la autonomía y las habilidades intelectuales en los jóvenes con discapacidad”.
El vínculo que se crea entre un animal y su dueño es tan fuerte que la sola presencia de un animal en casa puede disminuir la presión arterial, la frecuencia cardíaca e incluso reducir la necesidad de tomar medicamentos.
Según un estudio realizado en el centro de Atención Primaria de San Cugat-Valldoreig, el 86% de las mujeres maltratadas que acuden a un centro de acogida relata episodios de crueldad hacia los animales, por lo que los expertos consideran importante que se acoja también a sus animales de compañía debido a que la preocupación por su mascota puede provocar incluso el rechazo a entrar en este tipo de centros.
Pero no sólo perros son los animales que se utilizan en las terapias. Otras mascotas como caballos o delfines también hacen de terapeutas. Pero esto ya lo cuento en otro post.
Ruedaspelig.rosas@pelig.es
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