César Lumbreras
La dieta mediterránea
Aceite de oliva y frutos secos (almendras, nueces y avellanas, entre otros) son claves a la hora prevenir los infartos de corazón y cerebrales, que cada día que pasa aumentan más. Ya se sabía, pero ahora lo ha corroborado un estudio hecho en España y por expertos españoles, que, cuando se presentó días atrás en Estados Unidos, causó furor en los medios informativos de este país, aunque, aquí, ha pasado más desapercibido de lo que debiera. La conclusión es clara: una dieta mediterránea enriquecida con frutos secos o con aceite de oliva reduce hasta en un 30 por ciento la incidencia de los llamados eventos cardiovasculares mayores. El estudio, conocido con el nombre de Predimed, realizado por 17 grupos del Centro de investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición, se ha desarrollado en unos casos durante cinco años y en otros durante casi diez, en cerca de 7.500 personas con edades comprendidas entre 55 y 80 años procedentes de distintas regiones de España, todas ellas con alto riesgo cardiovascular. Se trata del mayor estudio y ensayo clínico realizado nunca sobre este asunto, tanto por su duración como por la amplitud de la muestra. Todos los productos indicados abundan en España (de aceite de oliva somos el primer productor a nivel mundial, aunque este año las cosas hayan ido mal y tan sólo se va a llegar a 600.000 toneladas). También tenemos almendras, avellanas y nueces. En todos los casos los precios son asequibles. No hay razón, por lo tanto, para que no nos cuidemos un poco y, además, sin gran esfuerzo. Nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro espíritu y nuestro bolsillo nos lo agradecerán, especialmente con la que está cayendo, que nos tiene agobiados.
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