Fernando Rayón
La hora de la verdad
Pedro Sánchez se enfrentó y ganó a sus barones para que le permitieran negociar con Podemos –lo que ellos hacen en sus comunidades– pero luego pactó con Ciudadanos, lo que Susana Díaz hace en Andalucía. Pedro Sánchez buscó el apoyo de los militantes del PSOE y estos se lo dieron, aunque votaran apenas algo más del cincuenta por ciento (51,70 %) , y un 21,03 % votó «no». Total: que casi un 73% de las bases o no votó o no le apoyó. Pedro Sánchez buscó y consiguió el apoyo de Ciudadanos, aunque después, Carme Chacón dijo –en contra de lo firmado– que el pacto incluía un referéndum de autodeterminación de Cataluña; Susana Díaz que de cerrar las diputaciones, nada de nada, y ayer mismo, Luis Garicano, responsable económico del partido de Albert Rivera, afirmó que lo de derogar la Ley de Reforma Laboral era «una afirmación ligera» para «vender» el acuerdo «de cara al referéndum interno». Un lío de acuerdo, vamos.
Pero todos estos juegos florales y frivolidades tienen fecha de caducidad. Y esa fecha concluye esta semana con las dos votaciones de investidura. Y, hoy por hoy, los únicos apoyos que tiene garantizados el secretario general socialista son los de Ciudadanos, Coalición Canaria –con la que gobierna en el archipiélago–, y quizá la abstención del PNV. En total, 137 votos de los 176 que necesita. Solución: no hay otra que conseguir la abstención de Podemos.
Sí, ésta es la hora de la verdad. La hora de sumar votos. Hasta aquí llegan todas las declaraciones, promesas y acuerdos. Y nada puede hacer sin el concurso del partido de Iglesias. Y aunque los terminales mediáticos socialistas llevan ya unos días trabajado para conseguir la abstención de Podemos, resulta bastante difícil que esta circunstancia llegue a producirse. Y lo es no tanto por la actitud de Podemos –que ya sabemos que incluye vicepresidencia, ministerios y muchas leyes– como por la imposibilidad del PSOE a dar a Iglesias lo que éste pide. Tener un Gobierno dentro de otro, que sería necesariamente más débil, no se le puede ocurrir ni siquiera a Pedro Sánchez.
Además, la exigencia de Podemos para ese apoyo es que rompa con Ciudadanos, y sería muy fuerte mandar a la papelera, la misma semana de investidura, el único documento –que sepamos– firmado y ratificado por ambas formaciones. El desenlace, muy pronto.
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