Pilar Ferrer
La trampa del halcón
Aquí alguien miente, hay trampa. Expertos sociólogos coinciden en que la mayoría de las encuestas divulgadas tras la sesión de investidura, ahora y en las próximas semanas, están bajo un vuelo tóxico y una cocina invertebrada. La conjura para echar a Mariano Rajoy, como sea y cuando sea, se bate el cobre con un PSOE derrumbado y un Ciudadanos travestido.
Recuérdense las palabras de Pedro Sánchez sobre la formación de Albert Rivera como una marca blanca del PP, la derecha disfrazada. Pero como en política lo que hoy es blanco mañana es negro, los dos jóvenes edecanes se convierten en socios inquebrantables con un único objetivo: la cabeza de Rajoy y romper en pedazos al PP.
Sucede que en este mapa de lealtades y principios trastocados, ocupan la primera línea un Partido Popular robustecido tras el debate, y un Podemos que persigue mandar en la izquierda a costa de un novato, Pedro Sánchez. Si sus «barones» no lo remedian, puede llevar al socialismo español a cotas inferiores a las del Pasok griego. En estas semanas el espectáculo está servido: presiones a toda mecha, sondeos interesados e informaciones calculadas para devorar al partido ganador. Pero la trampa de algunos se les puede volver en contra. Quienes persiguen a Rajoy como su presa a batir, olvidan que es un «halcón» curtido en mil batallas. Y para rapaz depredador, Pablo Iglesias se lleva la palma.
La realidad es incuestionable: la mitad de los votantes de Rivera rechazan de plano sus votos a la izquierda y se consideran traicionados. Para este viaje sobran alforjas. Y cuidado con Pablo Iglesias, si en unas próximas elecciones suma su formación a Izquierda Unida. Resulta increíble que un partido de gobierno como lo fue siempre el PSOE no vea quién de verdad es su enemigo. En esta lucha de rapaces, parece que Mariano Rajoy remonta el vuelo. Le pese a quien le pese, y a unos cuantos que pueden caer en su propia trampa.
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