José María Marco
Poesía y prosa
De las seis exigencias de Ciudadanos para la negociación con el Partido Popular, lo primero que ha sorprendido es la ausencia de contenido... Ocurre que lo que Ciudadanos ha pretendido es fijar unas condiciones previas para empezar a negociar, o proseguir las negociaciones económicas que se están llevando a cabo discretamente. Tal vez las exigencias sean el signo de que esas negociaciones iban por demasiado buen camino y convenía volver a colocar la cuestión allí donde se ha venido el acento en estos años. No en el contenido, sino el cómo de la política. Las seis exigencias son, efectivamente, una indicación acerca de cómo Ciudadanos lo concibe. Desde esta perspectiva, las condiciones no son insalvables. Ciudadanos ha hecho un esfuerzo por bajar el registro del ideal, del «deber ser», sin recurrir a manifestaciones demagógicas.
No es así si se adopta la perspectiva del Partido Popular En este caso, está claro que hay una voluntad de Ciudadanos por dejar en mal lugar al PP si no acepta las seis exigencias adjetivadas, muy poéticamente, como «sine qua non». El PP podría haberse evitado parte del trago si hubiera tratado de otra manera casos como el de Bárcenas. Aun así, la expulsión de los imputados no es algo sencillo, y tampoco lo son los aforamientos cuando existe la acusación llamada «particular». La limitación de mandatos tiene, por su parte, un alcance meramente individual.
Hay por tanto un uso retórico en la propuesta. Aquí está el auténtico resorte demagógico del asunto, y podría dar margen al PP para forzar la negociación sobre las condiciones de negociación. Más aún en el caso de una nueva ley electoral, que apunta a la voluntad de apuntalar a Ciudadanos sin pasar por las urnas. La autorreferencialidad, tan propia de la estética o del lenguaje poético, significa el intento de hacerse con una nueva hiperlegitimidad política –como la que hasta hace poco tenía el PSOE– pero sin contenidos, por la pura y mágica invocación de lo nuevo y lo joven, tan propio de esa nueva elite que aspira a marcar el aire de los tiempos. Hay un lado gratuito, lujoso, estético, Ortega habría dicho deportivo, en las seis exigencias. Casi todas son prescindibles, en consecuencia, y si nunca había que haber aceptado la hiperlegitimidad del PSOE, el PP tampoco tiene por qué aceptar esta. El toque está en descubrir la vena poética de la prosa.
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