Firmeza y unidad europea frente al Brexit

La resaca del Brexit continúa mientras los líderes europeos tratan de ponerse de acuerdo en cómo afrontar la salida de Reino Unido. La UE celebró ayer con el dimisionario David Cameron el primer encuentro tras el desastre causado por el referéndum de la discordia. Si algo parece claro es que Bruselas no va a tolerar que los británicos traten de aprovechar este «impasse» antes de activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que abre de forma inmediata el proceso de desconexión. Tal y como advirtió la canciller alemana, Angela Merkel, nadie va a negociar nada hasta que Londres comunique formalmente que se marcha del club. Las reglas del juego son meridianas y estar fuera de Europa significa renunciar a todas las prerrogativas. Es decir, que si no hay libre circulación de personas tampoco la va a haber de bienes, servicios o capital. Los privilegios acarrean obligaciones y los 27 no deben hacer ninguna excepción con Reino Unido si no quieren dar la peligrosa impresión de que cualquiera puede jugar con el proyecto europeo y salir indemne. La hoja de ruta ha de estar bien fijada y todos los miembros deben atenerse a ella y hacer que se cumplan los plazos. Una oportunidad de oro para demostrar unidad y firmeza, dos actitudes que tendrían que definir por fuerza a una UE que ha aprendido de sus errores.