El desafío independentista
Puigdemont también tiene su 3%
Siendo alcalde de Gerona, Carles Puigdemont asistió, parece que sin inmutarse, al desvío de fondos de la empresa semipública de aguas Agissa. La Agencia Tributaria indagó en las cuentas después de que la Guardia Civil que investiga el caso 3% detectara conversaciones comprometedoras. Hay constancia de irregularidades desde 1998 y continuaron durante todo el mandato del actual presidente de la Generalitat y guía del desafío secesionista. Las primeras indagaciones ya apuntaban a un supuesto caso de financiación ilegal. El informe llegó a los juzgados de Gerona desde el de Instrucción número 1 de El Vendrell (Tarragona), que investigada el caso 3%, y, aunque al final se optó por separar las dos causas, ambas persiguen la misma pista de financiación tradicionalmente seguida por Convergència. La elección de Puigdemont como presiente de la Generalitat, sin presentarse como candidato, le permitió desaparecer de un escenario nada cómodo. El «proceso» sigue siendo la mejor coartada para no dar cuenta de la gestión pública, y más en un momento en el que el nacionalismo ha renunciado a los asuntos terrenales que afectan a los ciudadanos. Es urgente una renovación de los dirigentes nacionalistas que, mientras anuncian una Ley de Transitoriedad donde reinará el bienestar y la honradez, son incapaces de dar cuenta de los asuntos públicos de los que son directamente responsables.
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