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«Tabarnia», como respuesta al separatismo

La Razón
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No deberían tomarse a broma los dirigentes separatistas catalanes la aparición de un movimiento local que pretende, dentro de los previsiones constitucionales, segregar la provincia de Barcelona y parte de la de Tarragona de la comunidad autónoma de Cataluña para formar una comunidad uniprovincial, al estilo de Murcia, La Rioja y Cantabria. Por muy estrafalaria que pueda parecer, la idea de un ente territorial denominado «Tabarnia» –palabra surgida de la contracción de Tarragona y Barcelona– no carece de bases lógicas, comenzando por la recuperación institucional de lo que fue el Condado de Barcelona. En efecto, como el valle de Arán, la hipotética Tabarnia también reúne unas características propias que la diferencian del resto de Cataluña –bilingüismo, multiculturalidad, mayor urbanización del territorio, fuertes vínculos económicos y culturales con el resto de España– y que se traduce en un voto mayoritario no nacionalista. Es además, el territorio de Cataluña más activo económicamente, el que más fondos públicos, vía impuestos, aporta al resto de los catalanes y el que menos recibe por parte de los presupuestos de la Generalitat. Es, también, el territorio más subrepresentado electoralmente. El movimiento crece y cada vez más catalanes se interesan por la posibilidad de un cambio, que sería impensable sin el despropósito del separatismo, que tanto daño ha hecho a Cataluña.