Iglesia Católica
Andrea: «Francisco es el Papa de la misericordia»
Andrea Tornielli es uno de los vaticanistas más reputados. Su trabajo en «La Stampa» y en «Vatican Insider», que cuentan con fieles seguidores, hay que añadir una producción bibliográfica sobre los Papa y el Vaticano muy nutrida. Hoy sale a la venta el primer libro del Papa, «El nombre de Dios es misericordia» (Planeta Testimonio), para el que se sentó enfrente del Papa y, como buen periodista, preguntó.
–¿Cómo surgió la idea?
–La idea me vino mientras el Papa anunciaba el Jubileo de la misericordia, al final de la liturgia penitencial en San Pedro, el pasado marzo. Pensé que sería bonito hacerle preguntas centradas todas ellas en el tema de la misericordia. Le escribí y aceptó.
–¿Qué busca el Papa con el libro?
–Creo que desea, también con este libro, pero sobre todo con su predicación, mostrar el rostro de la misericordia de Dios, una Iglesia que acoge y es capaz de dar a conocer el abrazo del perdón.
–El título del libro es «El nombre de Dios es misericordia»...
–El título fue propuesto por el editor, después de haber leído el libro, y obviamente el Papa lo aprobó. También a mí me gusta, expresa bien el contenido.
–¿Qué le ha llamado a usted más la atención de lo que dice?
–Me ha sorprendido, mientras le hacía al Papa las preguntas sobre este argumento, descubrir cómo Dios busca cada camino, cada pequeña fisura, cada rendija posible para venir a nuestro encuentro y donarnos su perdón. Nosotros solamente tenemos que darnos cuenta de que necesitamos su ayuda.
–¿Se puede decir que Francisco es el Papa de la misericordia?
–Creo que sí, pero prestando atención: esto no significa que la misericordia sea una novedad, o que sus predecesores no hayan hablado de esto. Juan Pablo II ha escrito páginas preciosas sobre este argumento y en el libro son citados muchos Papas y también muchos Padres de la Iglesia que hablan de esto. La misericordia «es verdadera», dice el Pontífice. Pero está fuera de toda duda que este tema es muy importante en su predicación: éste, ha explicado el Papa, es el tiempo de la misericordia. Cuanto más nos preocupa la situación de las familias, de la sociedad, de los países y del mundo, tanto más hay necesidad de perdón, necesidad de aquello que Francisco llama «océano de misericordia».
–¿Cuáles son los principales temas del libro?
–Se puede decir que es solamente uno, el del título. Pero ciertamente Francisco lo hace citando muchos episodios de su experiencia como sacerdote, obispo y Papa.
–Pero en él habla de la corrupción, del pecado, del consuelo, de la confesión...
–Es importante, creo, comprender bien la distinción que hace Francisco cuando dice: «Pecadores sí, corruptos no». La diferencia entre los dos no se refiere principalmente a la gravedad de los pecados cometidos o al número de pecados cometidos, sino a la actitud: el pecador se reconoce como tal, es humilde, pide perdón, pide ayuda. El corrupto no es humilde, se considera autosuficiente, transforma el pecado en un hábito y al final se convence de que eso que hace no es pecado.
–¿Es un libro sólo para los creyentes o también para los que no tienen fe?
–Creo que es un libro también para quien no cree, porque puede ser interesante entender mejor la importancia de la misericordia y su centralidad en el mensaje cristiano. Además no hay que olvidar que el perdón es esencial también en la sociedad y en las relaciones entre los estados: ya Juan Pablo II dijo que no puede haber paz sin justicia y que no hay justicia sin perdón.
–El Jubileo que precisamente ha convocado Francisco sobre la misericordia, ¿renovará la esperanza de la gente?
–Esperemos que sí. Depende mucho de cómo sea vivido en las iglesias locales, en las parroquias. Si va a ser un Jubileo más de sacramentos que de grandes evento creo que acercará a muchas personas.
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