Religion

«Francisco considera a Pablo VI el Papa más cercano a él»

Giovanni Maria Vian presenta una recopilación de 32 textos en el libro «Pablo VI. Un hombre como vosotros»

De izquierda a derecha, José Tomás Raga, Carlos Osoro, Giovanni Maria Vian y Juan Kindelán ayer, durante la presentación
De izquierda a derecha, José Tomás Raga, Carlos Osoro, Giovanni Maria Vian y Juan Kindelán ayer, durante la presentaciónlarazon

«Quien os habla es un hombre como vosotros; es vuestro hermano. ¡Oh! Sabéis bien quiénes somos. Y cualquiera que sea vuestra opinión sobre el pontífice de Roma, conocéis nuestra misión: traemos un mensaje para toda la humanidad. Somos como el mensajero que, al término de un largo viaje, entrega la carta que le ha sido confiada». Es el arranque del discurso que el Papa Pablo VI pronunció ante Naciones Unidas hace ya más de medio siglo y las primeras palabras que pueden leerse en el libro: «Pablo VI, un hombre como vosotros» (Ediciones Cristiandad), del que es autor Giovanni Maria Vian, catedrático de Filología Patrística y director de «L’Osservatore Romano».

El libro, cuyo título está tomado del discurso ante la ONU del Papa Montini, fue presentado ayer en Madrid con la intervención del cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y el director de la Fundación Pablo VI, José Tomás Raga. La obra de Vian contiene una recopilación de 32 textos que abarcan los momentos más importantes de Montini desde su juventud, muchos de ellos desconocidos. Un Papa que «entendió como nadie la modernidad».

Vian (que fue bautizado por Montini y, además, fue amigo de su padre) explicó durante la presentación que «Pablo VI ha querido mucho a España aunque España no lo haya entendido». La recopilación de textos que recoge va dirigida a «un lector común que presenta una figura olvidada cuando, en realidad, ha sido un hombre y un cristiano del siglo XX que como nadie ha vivido a Cristo».

En su opinión, el mayor mérito de su publicación reside en que «he sacado de la sombra a un hombre que merece la pena descubrir, es el hombre que Francisco considera más cercano a él, un Papa clave, moderno, y al mismo tiempo antiguo». «Hay que ser antiguo y moderno al mismo tiempo porque, ¿de qué sirve decir la verdad si los hombres de nuestro tiempo no nos entienden?», añadió.

El arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, destacó que el libro «muestra el espíritu de Pablo VI, lo que le mueve y su contribución a la Iglesia: marcó una dirección que ha sido seguida después por otros pontífices».

Por su parte, el director de la Fundación Pablo VI, José Tomás Raga, ayer animó a la lectura «apasionante» de los textos de Montini, de «enorme sustancia». Por eso recomendó «leerlo despacio», después de destacar que el Pontífice «tiene mucho de agustiniano».

En su obra, Vian nos acerca la figura de un Papa que no ha estado reconocido, pese a que reformó la liturgia y la curia romana e impulsó el ecumenismo y el diálogo entre las religiones. Montini dialoga con el mundo y consigo mismo, habla de Dios y del Maligno, de la Iglesia y del pecado, de la riqueza y de la pobreza y nos deja también una reflexión serena de su propia conciencia de la muerte. Un Papa «arrinconado o eclipsado por dos papas santos: Juan XXIII y Juan Pablo II» y al que tampoco se le ha hecho justicia, a pesar de que «su influjo es imprescindible para entender el pontificado del Papa Francisco», asegura en su obra el director de «L’Osservatore». No obstante Vian incidió en que Francisco le está devolviendo a la memoria de la Iglesia y del mundo.

El libro también recoge algunos detalles personales del Pontífice, como es el hecho de que escribiera personalmente buena parte de los textos públicos del pontificado «a menudo bellísimos y que impresionan por la coherencia, incluso estilística, con los de los años precedentes, incluidos los juveniles».

También explica por qué Montini decidió ponerse de nombre Pablo cuando fue elegido Pontífice y no Pío ni Juan. Algo que tiene que ver con el hecho de que, de joven, había estudiado a fondo las ideas y cartas de San Pablo, el apóstol misionero por excelencia y, al igual que Pablo, viajó para anunciar el Evangelio hasta los confines de la Tierra.