Día Mundial

Los once mitos sobre el asma que hay que desterrar

Con motivo del Día Mundial del Asma, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic) ha recopilado un documento rebatiendo creencias muy arraigada sobre esta enfermedad

Mujer utiliza un inhalador para el asma | Fuente: Europa Press / H. RUBER INTERNACIONAL
Mujer utiliza un inhalador para el asma | Fuente: Europa Press / H. RUBER INTERNACIONALH. RUBER INTERNACIONALH. RUBER INTERNACIONAL

Con motivo del Día Mundial del Asma, que se celebra mañana, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic) ha recopilado un documento rebatiendo creencias muy arraigada sobre la enfermedad

Mito 1: La alergia y el asma no tienen nada que ver

Falso. Aunque el asma puede estar presente en algunas personas que no tienen alergia, se ha demostrado que hasta el 70% de los pacientes con asma presentan alergia respiratoria asociada. Algunas de las causas del asma son: alergia al polen, a los ácaros del polvo, a los hongos ambientales o a los epitelios animales. Es posible mejorar el asma con la inmunoterapia o vacunas de la alergia, dado que es el único tratamiento etiológico o de la causa, añadida al tratamiento de los síntomas del asma habituales. Por ello, resulta fundamental que, ante la sospecha de presentar asma, y sobre todo si la hay de una causa alérgica ambiental, acuda a su alergólogo de zona.

Mito 2. ¿El tratamiento para el asma se usa solo cuando se tiene una crisis?

Falso. El asma es una enfermedad crónica. Existen diferentes pautas de tratamiento, adaptadas al tipo específico de asma que puede presentar un paciente. Hay tratamientos aliviadores de síntomas y otros de mantenimiento, que también mediante las pautas a demanda, se ha demostrado que actúan disminuyendo la inflamación asociada a las crisis de asma, no solo tratando los síntomas. Es recomendable que, si presenta síntomas frecuentes, con uso de medicación de rescate, acuda a su médico para ser derivado a su alergólogo de zona, para evaluar si requiere tratamiento adicional. Es importante seguir el plan de tratamiento recomendado por su especialista en respiratorio, para evitar crisis de asma y mejorar el control de la enfermedad y su calidad de vida.

Mito 3. El asma infantil desaparece al crecer

Los síntomas del asma suelen mejorar en algunos casos al llegar a la edad adulta. En muchos casos tiene que ver con los cambios que los cambios hormonales producen sobre la respuesta del sistema inmunológico. En otros casos puede deberse a que se ha realizado un tratamiento con la inmunoterapia o vacunas de la alergia y se han disminuido en la totalidad los síntomas de asma. No obstante, en un porcentaje de pacientes, el asma vuelve a “aparecer” en la edad adulta y en otros casos nunca desaparece.

Mito 4. Si tienes asma, no debes hacer ejercicio

Falso. La práctica del deporte y el asma no son incompatibles, sino más bien todo lo contrario: practicarlo mejora la resistencia respiratoria y la tolerancia a la actividad física, siendo así un aspecto importante para llevar un estilo de vida saludable. El entrenamiento reduce la necesidad de medicación, el absentismo escolar y laboral y la sensación disneica por el fortalecimiento de la musculatura torácica. En los casos en que haya un asma inducido por el ejercicio, el uso de un tratamiento de control de síntomas adecuado puede normalizar la práctica del deporte en estos casos.

Mito 5. El asma es una enfermedad solo de los pulmones

Falso. Es una enfermedad sistémica, que afecta a todo el organismo, produciéndose mediadores de la inflamación que pueden ser medidos en la sangre y en la respiración. Además, las vías respiratorias no sólo son los bronquios pulmonares, sino que existe conexión con la nariz, constituyendo una vía aérea única.

Mito 6. El asma es una enfermedad provocada por la ansiedad

Falso. El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias, que se asocia a alergia hasta en el 70% de los casos. No obstante, se conoce que la estimulación de la activación del sistema nervioso que produce la ansiedad, puede provocar un estímulo de broncoconstricción reflejo y la aparición de tos, sibilantes… Estos síntomas responden bien a la medicación broncodilatadora, lo que ayuda a diferenciar esta “falta de aire” de la que provoca la ansiedad. Debido a esta asociación, se considera muy importante el bienestar emocional y psicológico de los pacientes asmáticos.

Mito 7. La medicación de rescate puede curar el asma

Habitualmente la medicación de rescate alivia los síntomas del asma, como son la disnea, las sibilancias, la opresión en el pecho y la tos, sin embargo no trata la inflamación, por lo que pasado el tiempo de acción de la medicación de alivio, los síntomas suelen volver a repetirse. Existe medicación de mantenimiento con antiinflamatorio que, según las guías de asma actuales a nivel internacional, puede utilizarse de rescate y éstas sí tratarían la inflamación, evitando la reaparición de los síntomas o al menos retrasando los mismos y mejorando el control de la enfermedad.

Mito 8. ¿Se puede tratar el asma con suplementos dietéticos?

Falso. Los suplementos dietéticos no han demostrado ser útiles en el tratamiento del asma. El tratamiento más adecuado para el asma es el pautado por tu alergólogo o especialista en respiratorio. Existe investigación si los probióticos pudieran tener algún efecto en la microbiota del organismo, aunque en ningún caso deben ser usados como tratamiento único para el asma.

Mito 9. El asma solo aparece cuando tiene síntomas

Falso. El asma es una enfermedad crónica y por tanto siempre está ahí. Pudiera decirse que el asma es como el “amor”, aunque a veces no haya gestos de cariño, siempre está ahí. El asma es sinónimo de inflamación crónica de las vías aéreas (bronquios). No obstante, el grado en que esta inflamación empieza a manifestar síntomas en los pacientes es variable, incluso entre aquellos con el mismo grado de inflamación.

Mito 10. El asma desaparece en zonas de costa o en la montaña

Falso. El asma y en concreto el asma alérgica puede tener desencadenantes que pueden aparecer con más frecuencia en zonas de costa, como es el asma alérgica por ácaros del polvo, que están más presentes en zonas con alto grado de humedad. En algunos casos en los que el asma es por alergia a pólenes, empeora en zonas boscosas o en el campo y puede mejorar en zonas de costa. En zonas de montaña dependerá de la vegetación existente y el tipo de alergia a pólenes que se tiene.

Mito 11. Las mascarillas empeoran el asma

Falso. No solo no empeoran el asma, sino que se ha demostrado que sirven de barrera para evitar, no solo infecciones víricas (como por ejemplo la Covid-19), sino otro tipo de infecciones y también, en el caso de las FFP2 y FFP3, evitarían que al salir al exterior del domicilio, se inhale partículas de polen, por lo que es recomendable seguir los consejos en ese momento vigentes del uso de mascarillas en exteriores e interiores. No obstante, debido a la poca habituación que tenemos al uso de mascarilla, es normal que los pacientes asmáticos sean más susceptibles a percibir la diferencia de flujo aéreo, cambios en la humedad o temperatura, del aire que inspiramos, cosa que si nos obsesiona puede provocar hiperventilación y sensación de falta de aire.