Chile

El «gemelo» del Cinturón de Kuiper

Astrónomos han descubierto un disco de escombros planetarios que rodea a una joven estrella similar al Sol, y que comparte similitudes notables con el Cinturón de Kuiper que está más allá de Neptuno. El hallazgo pueden ayudar a comprender cómo nuestro sistema solar desarrollado. Utilizando el Gemini Planet Imager (GPI) en el telescopio Gemini Sur en Chile, los investigadores identificaron un anillo brillante en forma de disco de polvo alrededor de una estrella ligeramente más masiva que el Sol, que se encuentra a 360 años luz de distancia en la constelación de Centaurus.

El disco se encuentra entre aproximadamente 37 y 55 Unidades Astronómicas de su estrella, que es casi la misma distancia que el Cinturón de Kuiper del Sistema Solar es el sol. El brillo del disco, que se debe a la luz que refleja de las estrellas, también es compatible con una amplia gama de composiciones de polvo incluyendo los silicatos y hielo presentes en el Cinturón de Kuiper. El Cinturón de Kuiper se encuentra justo más allá de Neptuno, y contiene miles de pequeños cuerpos helados que quedaron de la formación del sistema solar hace más de 4.000 millones de años. Su composición varía en tamaño desde partículas de polvo hasta objetos como Plutón, que solían ser clasificado como un planeta, pero ahora ha sido reclasificado como planeta enano.

La estrella observada en este estudio es un miembro de la asociación masiva e entre 10-20 millones de años de edad Scorpius-Centaurus OB, una región similar a aquella en la que se formó el sol. El disco no está perfectamente centrado en la estrella, lo que es una fuerte indicación de que probablemente fue esculpida por uno o más planetas invisibles. Mediante el uso de modelos de cómo los planetas dan forma a un disco de escombros, el equipo encontró que las versiones "excéntricas"de los planetas gigantes del sistema solar exterior podrían explicar las propiedades observadas del anillo. "Es casi como mirar el sistema solar exterior, cuando era un bebé", dijo el investigador principal Thayne Currie, un astrónomo del Observatorio Subaru en Hawai.

La teoría actual sobre la formación del sistema solar sostiene que se originó dentro de una nube molecular gigante de hidrógeno, en el que se formaron masas de material más denso. Uno de estos grupos, rotó y colapsó bajo su propia gravedad, formando un disco giratorio aplanado conocido como la nebulosa solar.

El sol se formó en el centro caliente y densa de este disco, mientras que los planetas crecieron por acreción en las regiones externas más frías. Se cree que el Cinturón de Kuiper se compone de los restos de este proceso, por lo que existe la posibilidad de que una vez que el nuevo sistema se desarrolle, pueda parecer muy similar a nuestro sistema solar.

"Para poder tomar imágenes directamente de entornos nacimiento planetarios alrededor de otras estrellas a distancias orbitales comparables a las del sistema solar es un gran avance", dijo el doctor Nikku Madhusudhan, del Instituto de Astronomía de Cambridge, uno de los co-autores del estudio, aceptado para su publicación en 'The Astrophysical Journal Letters'.