Madrid
Este asteroide no impactará en la Tierra
Los investigadores de la ESA logran descartar el impacto con nuestro planeta gracias al análisis de unas imágenes tomadas hace una década
Mirar al pasado para predecir el futuro. En este caso, para responder a una duda que siempre tiene algo de inquietante: ¿impactará en la Tierra este asteroide que se acerca de forma sospechosa a nuestro planeta? Esta es a la pregunta a la que se han enfrentado recientemente los astrónomos de la Agencia Espacial Europea (ESA) y a la que por primera vez han podido dar respuesta acudiendo a unas imágenes tomadas por satélite hace ya una década, en un trabajo que los miembros del equipo de investigación de asteroides de la ESA definen como “detectivesco”.
El protagonista de esta historia es un asteroide bautizado como 2016 WJ1Y, descubierto el pasado 19 de octubre de 2016 por el equipo Catalina Sky Survey, y que se sospechaba podía resultar una amenaza para la Tierra.
El escenario era el mismo que se da cuando se descubren este tipo de objetos. La imagen inicial suele limitarse a lo básico: ubicación en el firmamento y brillo. Y, en ocasiones, ni siquiera estos datos son demasiado precisos.
Lo fundamental para establecer con cierta fiabilidad si se trata de un objeto cercano a la Tierra (NEO) —y si podría llegar a alcanzarla o no— es su trayectoria. Y para determinarla se necesita una serie de imágenes adquiridas a lo largo de varios días o incluso meses, explica la ESA.
“Para poder calcular la trayectoria y el nivel de riesgo necesitamos una secuencia de varias imágenes; y, con todo, el grado de incertidumbre puede ser enorme. En realidad harían falta meses de observaciones para obtener un cálculo de riesgo de impacto correcto y fiable. Entre tanto, habría motivo para estar preocupados”, señala Ettore Perozzi, del Centro de Coordinación de Objetos Cercanos a la Tierra, ubicado en la sede italiana de la ESA.
Observadores de todo el mundo también capturaron imágenes del asteroide durante las siguientes semanas, incluido un equipo de la ESA desde el observatorio español de Tenerife, pero la incertidumbre sobre su trayectoria no permitía descartar un posible acercamiento en junio de 2065, con una preocupante probabilidad de impacto de 1 entre 8.000.
“Gracias a las imágenes adicionales, pudimos restringir la trayectoria lo suficiente como para empezar a bucear en los archivos astronómicos para ver si alguien había fotografiado anteriormente el asteroide sin haberlo reconocido”, recuerda Marco Micheli, observador del mismo centro.
La investigación pronto dio frutos: las imágenes tomadas a principios de octubre por el telescopio Pan-STARRS y publicadas online mostraban que podría tratarse de ese mismo asteroide. Sin considerarlas concluyentes, el equipo asumió que sí eran precisas y decidió usarlas para localizar imágenes adicionales de alta precisión en un sistema de búsqueda de imágenes astronómicas canadiense, relata la ESA.
Y, de pronto, el equipo de la Agencia dio con dos conjuntos de imágenes de los días 4 y 5 de julio de 2003 tomadas por el Observatorio Canadá–Francia–Hawái (CFHT). Se trataba del mismo objeto.
Como relata Detlef Koschny, responsable de objetos cercanos a la Tierra del programa de la ESA para el Conocimiento del Medio Espacial (SSA): “Tras una cuidadosa inspección conseguimos aislar el objeto, y el equipo pudo llevar a cabo cálculos de gran exactitud”.
“Así, logramos excluir todo riesgo de impacto en la Tierra por parte del asteroide 2016 WJ1, tanto en el futuro próximo como en el más lejano”.
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