Congreso de los Diputados
El Congreso debatirá el cambio de sexo sin permiso paterno
La mayoría de la Cámara rechaza la proposición de ley de Podemos, aunque da luz verde a su tramitación. Entre las medidas contempla que los menores se puedan hormonar en la pubertad y operarse a los 16. Expertos alertan de que la madurez no llega a todos a la misma edad.
La mayoría de la Cámara rechaza la proposición de ley de Podemos, aunque da luz verde a su tramitación. Entre las medidas contempla que los menores se puedan hormonar en la pubertad y operarse a los 16. Expertos alertan de que la madurez no llega a todos a la misma edad.
Sin necesidad de consentimiento paterno, los menores transexuales podrían someterse a una cirugía de reasignación de sexo a partir de los 16 años. Y antes, en la pubertad, acceder a los bloqueadores hormonales para evitar el desarrollo de caracteres sexuales secundarios no deseados. Esta es, quizá, la medida que más ampollas levanta de todas las incluidas en la Proposición de Ley contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género que defendió ayer Podemos en el Congreso. La mayoría de la Cámara rechazó la propuesta, pero aceptó seguir tramitándola, aunque con muchas reticencias.
¿Un adolescente es maduro a los 16 años?
Hasta ahora, la ley no permite el cambio de sexo hasta los 18 años, aunque con una autorización judicial basada en informes favorables de psiquiatras forenses podría realizarse antes. Todos los expertos consultados coinciden en la necesidad de transmitir a la sociedad el enorme sufrimiento de los niños que nacen en un cuerpo no sentido, que no se corresponde con su identidad. Y dejan claro que ser transexual no es una opción, ni una enfermedad. Javier Urra, doctor en Psicología y Ciencias de la Salud, es partidario de ahondar en las políticas educativas y de sensibilización, pero en el aspecto concreto de la reasignación sexual quirúrgica apuesta por una visión conservadora desde el punto de vista científico. «La ciencia en este campo aporta datos muy contradictorios: se dice que entre un 20% y un 80% de los que se someten a una intervención de cambio de sexo quieren volver a su identidad primigenia». Así, «estos datos nos obligan a ser muy cuidadosos y, por eso, adelantar la decisión a los 16 años supone un grave problema, ya que es una decisión irreversible». Para José Luis Sancho, doctor en Psicología y director técnico del Programa Recurra Ginso de ayuda a padres e hijos en conflicto, «no se puede poner una edad como criterio ni asignarla a golpe de ley». No en vano, hablamos de una situación en la que «el grado de madurez depende del muchacho o la muchacha y su contexto. En estos casos, precisan de una valoración por parte de profesionales –psicólogos y psiquiatras–». Hay que tener en cuenta que se trata de una decisión muy importante, debido «a que los menores no se sienten aceptados; sienten desesperación y pueden alcanzar una ideación suicida». Y es que «a los 16 se puede ser maduro... o no. Se puede serlo antes o no. Hay gente que no madura tampoco a la edad de 40 años».
Como madre de una hija transexual, Violeta Herrero asegura que, ante todo, no debemos dejar que los menores sufran. «Hay que escuchar a los niños», insiste, «porque muchos padres se niegan a aceptar la realidad». Ella, orgullosa de tener una hija transexual, dice que «la opinión de los padres cuenta, pero lo que realmente cuenta es el sufrimiento del menor por permanecer en un cuerpo que no quiere a la fuerza y que muchas familias no quieren ver».
Multas a médicos que «reviertan» la orientación
Todos los grupos parlamentarios, excepto el PP y UPN, apoyaron iniciar la tramitación de ley contra la discriminación de gais, lesbianas y transexuales (LGTBI) promovida por Unidos Podemos. Los populares coincidieron en la necesidad de abordar esta problemática, pero consideraron la propuesta de Podemos «delirante, intervencionista y estigmatoria». Por ello, presentaron una enmienda a la totalidad. El PP criticó, sobre todo, la edad permitida de reasignación de sexo y la creación de la agencia estatal contra la discriminación que propone esta ley. Esta agencia confiere poderes para castigar con multas que pueden llegar a los 45.000 euros a aquellos profesionales de la sanidad que apliquen terapias que «pretendan revertir la orientación sexual de la persona aún con el consentimiento de la misma».
Clases de Historia para estudiar el movimiento
Según la ley, los niños de tres años tendrían en su plan de estudios los distintos modelos de familia y los alumnos de Secundaria tendrían que estudiar el movimiento LGTBI en la asignatura de Historia. Los docentes, por su parte, deberán recibir una formación especializada en LGTBI y ésta sería una materia evaluable en las pruebas de acceso al profesorado. Los padres y madres deberán sensibilizarse también sobre el asunto a través de los seminarios y campañas que los propios centros escolares impartan. Los niños podrían hacer uso de las instalaciones (incluido baños) de acuerdo a su «condición de género sentida» . Además, las bibliotecas de los centros tendrán la obligación de incorporar libros de temática LGTBI para alumnos de todas las edades. Todas estas medidas serían aplicables de igual manera en universidades o dentro del ámbito de la cultura, el ocio, el deporte y tiempo libre.
Recomendaciones a los medios
Los medios de comunicación también están llamado a cumplir la ley LGTBI de Podemos. Deberán seguir unas recomendaciones lingüísticas, incorporar en sus códigos deontológicos el reconocimiento de la diversidad de sexo y género e incluirla en su programación para todas las franjas de edad.
✕
Accede a tu cuenta para comentar