Videos

El presunto asesino de Pioz estaba obsesionado con su tía

Se fue a vivir a Madrid con la familia durante cuatro meses para huir de un pasado violento. A los 16 años apuñaló a su profesor en Brasil. Tras el crimen, se llevó el móvil del padre y contestó a sus mensajes

En el centro, el presunto asesino de Marcos, Janaina y sus hijos, en una imagen publicada en medios brasileños
En el centro, el presunto asesino de Marcos, Janaina y sus hijos, en una imagen publicada en medios brasileñoslarazon

Se fue a vivir a Madrid con la familia durante cuatro meses para huir de un pasado violento. A los 16 años apuñaló a su profesor en Brasil. Tras el crimen, se llevó el móvil del padre y contestó a sus mensajes

Marcos Campos Nogueira, el marido del matrimonio que fue asesinado en Pioz, Guadalajara, sospechaba que un familiar suyo, su sobrino, acosaba sexualmente a su esposa, Janaína Santos Américo, hasta el punto de haber pedido en el restaurante en el que trabajaba, un cambio de turno, según informaron a LA RAZÓN medios conocedores del asunto. Trataba de comprobar si era cierto que se producía dicho acoso.

Incluso, al ser preguntado por sus compañeros de trabajo por los motivos de la petición, no tuvo ningún inconveniente en informarles de las razones reales por las que daba ese paso.

Sobre este asunto, ayer se supo que el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Guadalajara dictó el pasado 22 de septiembre auto de prisión y una orden de detención europea e internacional contra el sobrino de la pareja como principal sospechoso de los asesinatos del matrimonio brasileño y sus dos hijos en Pioz.

Ayer, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, confirmó que la Guardia Civil tenía claro quién era el autor del crimen a los tres días de hallarse los cuerpos. Se trata del sobrino del fallecido: Francois Patrick Gouveia, de 19 años –está a punto de cumplir los 20 en el mes de noviembre–. Su paradero se sitúa en Brasil y al cierre de esta edición estaba pendiente de detención porque huyó de España a ese país el 19 de septiembre, un día después de que se hallasen los cadáveres y de que se expidiera la orden internacional de arresto. De hecho, se cree que el joven pasó una noche con los cuerpos.

Fernández Díaz, en unas declaraciones en el pasillo del Congreso, descartó así que el móvil fuera un ajuste de cuentas por narcotráfico, la hipótesis que se barajó en un primer momento. «El crimen estaría ya esclarecido y ahora estamos pendientes de la localización y detención por parte de la Policía brasileña», añadió.

El juez de Guadalajara cree que el sobrino, sobre el que existen «indicios racionales de criminalidad en relación con los hechos», abandonó España el 19 de septiembre de forma precipitada, –cuando tenía su vuelta prevista para el 16 de noviembre próximo–, y añade que existen sospechas de que pueda encontrarse en Brasil, según la nota informativa que hizo pública ayer el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJCM), que ha informado del levantamiento parcial del secreto se sumario.

El magistrado señala también que han sido identificados dactilarmente dos de los cadáveres hallados el 18 de septiembre en Pioz y confirma que son los de Marcos Campos Nogueira y Janaina Santos Américo, mientras que se encuentran en fase de identificación los otros dos cuerpos, que pertenecerían a sus hijos de uno y cuatro años.

El levantamiento parcial del secreto del sumario afecta «exclusivamente» a estos dos aspectos de la investigación judicial, según el auto dictado ayer.

Por otra parte, los agentes encargados de la investigación tratan de comprobar quién fue la persona que contestó al Whatsapp que el propietario del chalé de Pioz envió a Marcos Campo, cuando éste ya se encontraba muerto, pero aún no habían sido descubiertos los cadáveres.

Cuando los miembros de la Guardia Civil registraron la casa en la que se produjo el cuádruple asesinato, no hallaron el citado teléfono, lo que hace pensar que el autor del crimen se lo llevó con la intención de hacer ver que la familia seguía con vida mientras él preparaba una coartada o la salida del territorio nacional.

Los investigadores creen, tal y como adelantó este periódico, que la intención del autor de la matanza era hacer desaparecer los cuatro cadáveres y que, por razones que se desconocen, los tuvo que dejar, metidos en bolsas de plástico, en el salón del chalé.

Los agentes de la Guardia Civil que investigan el caso tienen «pruebas muy claras y de todo tipo» que incriminan al sobrino del fallecido Marcos Nogueira.

No sólo existen huellas dactilares que relacionan al joven con el atroz crimen, también las nuevas tecnologías han aportado suficientes pistas a los investigadores para poder considerarle como el principal sospechoso de la matanza de Pioz.

El joven vino a España por invitación de su tío Marcos, que «le tenía un gran afecto», según ha indicado la familia. «Pactrick fue invitado por Marcos para que se quedara con él en España. Confiaba en él, lo quería», afirmó Walfran Campos, el hermano de Marcos que ha venido a España para seguir de cerca las investigaciones. De hecho, ayer acudió a hablar con la Guardia Civil de Guadalajara en relación con el caso.

El joven huía de un pasado violento después de que a los 16 años, en 2013, apuñalara a un profesor en Brasil, motivo por el cual tuvo que cumplir 45 días de medidas socio-educativas por decisión judicial, según informa la cadena de televisión brasileña Globo.

El joven se trasladó a España con sus tíos, a la vivienda que tenían en Torrejón de Ardoz, con intención de abrirse camino como futbolista.

Según Wilton Diniz Américo, padre de Janaina, la mujer asesinada, «fueron los padres de Patrick los que pidieron expresamente a Marcos que acogiera a Patrick en su casa. Sin embargo, su presencia en la vivienda causó numerosas molestias. Mi hija me contaba que se paseaba por la casa medio desnudo y no le gustaban los niños».

Según la cadena Globo, la Policía Federal del estado brasileño de Paraiba ha confirmado que el joven se encuentra en Brasil y testificó de manera voluntaria el pasado viernes 30 de septiembre. Más aún, aportó material genético para poder contrastarlo y poderlo utilizar en la investigación de la masacre.

Lo que nadie se explica es que, pese a que existe una orden internacional de detención y está localizado por la Policía federal en el estado brasileño de Paraiba, no se había procedido al cierre de esta edición a su detención.

La familia asesinada llevaba viviendo poco tiempo en la localidad guadalajareña de Pioz. Se empadronaron a finales de junio, pero antes habían residido en Torrejón de Ardoz (Madrid). Es por esto por lo que, al conocerse los hechos, pocos vecinos eran capaces de identificar a la familia, que vivía con sus dos pequeños de uno y cuatro años en el municipio y que no contaba con demasiada vida social. De hecho, las primeras hipótesis que barajaron los investigadores eran que la familia pudiera haber estado escondiéndose por algún motivo o que el brutal crimen pudiera ser consecuencia de un ajuste de cuentas.