La crisis del calabacín

Las heladas han disparado los precios de las hortalizas y no llegan a países como Reino Unido u Holanda

El frío no sólo ha congelado a los humanos, sino que ha afectado especialmente a la producción hortofrutícola en toda Europa. «Hace años que no tenemos un invierno frío como los de antes, los últimos han sido bastante atípicos y por eso la producción de calabacines o berenjenas se adelantaban y llegaban a provocar sobreproducción. Este año ha pasado todo lo contrario», afirma Andrés Góngora, responsable de Frutas y Hortalizas de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag).

Las principales zonas productoras hortícolas de Murcia, Comunidad Valenciana y Almería se han visto perjudicadas, aunque la primera es la que más pérdidas ha sufrido. «En Almería y Granada, donde están muchos de los invernaderos donde se cultivan las berenjenas o los calabacines, las heladas no han destruido el cultivo, pero sí lo han reducido y ralentizado», añade Góngora.

Esta situación es la que ha derivado en una subida de precios en origen y en los mercados mayoristas. «Al final, esto es una cuestión de pura oferta y demanda, por lo que es normal que el precio haya aumentado, pero creemos que en unos días la situación se normalizará», sostiene Góngora. Aunque no todos son igual de optimistas: «La producción de hortalizas no se normalizará hasta mediados de marzo», según el director general de la Asociación de Productores-Exportadores de Frutas y Hortalizas de la Región de Murcia (Proexport), Fernando Gómez. En declaraciones a Efe, Gómez confirmó que las bajas temperaturas sufridas hasta hace unos días en los campos de hortalizas han provocado una reducción de entre el 40 y el 50 por ciento de la producción, pero que a pesar de ello «España ha mantenido el suministro a los mercados», no como Italia, Grecia o Turquía. «Menos mal que el sureste español ha sido capaz de producir hortalizas en esta época invernal, porque si no Europa no tendría oferta de ningún tipo», sentenció. Aunque Reino Unido, uno de nuestros principales importadores, sí que ha visto afectada la llegada de estos productos. Allí el precio del calabacín se ha triplicado y en muchos supermecados se han quedado sin producto.

En nuestro país, la profunda subida en todos los comercios también preocupa. «Como la producción de calabacín y berenjena se ha reducido a la mitad, su precio se ha duplicado. Si el productor cobraba 1,30 euros por kilo, ahora el coste ha subido a 3 euros, pero los consumidores pueden llegar a pagar hasta 6 euros, en función de la política de cada gran superficie», añade Góngora. Eso sí, desde Coag insisten en la necesidad de seguir consumiendo el producto, aunque la bajada del mercado español no afecta tanto a este sector porque «el 65 por ciento de la producción se exporta. Los pedidos se mantienen y se atienden a medida que se puede».

La lechuga, a precio de oro

El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), en su último informe semanal de precios, detalla que entre el 16 y el 22 de enero la lechuga romana alcanzó los 46,14 euros/100 unidades, frente a 20,80 euros/100 unidades de media en los siete días anteriores.Y es que como explican desde Coag, las hortalizas de hoja también se han visto afectadas, incluyendo el brócoli y la espinaca. «Su precio ha subido más o menos como el calabacín. Está saliendo poco producto», afirma Andrés Góngora.